"-¿Sabes? A veces, durante la noche, me encierro en el baño y me pongo a llorar, pensando... -dijo Ichimatsu con la mirada baja, sin dejar de acariciar la mejilla del mayor.
-¿Qué clase de pensamientos? -preguntó Choromatsu angustiado por la confesi...
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Ichimatsu Matsuno, era un chico de 19 años de edad, que justo ahora estudia la universidad, estudia para ser médico veterinario.
Él era un chico serio, cerrado, maduro, directo y tal vez hasta pesimista, aunque por dentro era una cosa súper tierna y hermosa, la escondía bajo ese manto sombrío que ya se había vuelto parte de él, le encantaba su personalidad aunque todos dijeran que era una mierda.
Siempre estaba en su cuarto encerrado escuchando y componiendo canciones junto a su gato Mat, si no estaba ahí, estaba en los callejones buscando gatos qué alimentar, no le gustaba verlos husmear en la basura. Su vida era perfecta, hasta que llegó la entada a la universidad.
Fue ahí cuando sus padres junto con unos amigos cercanos decidieron que sus hijos vivieran en una misma casa, para que ambos se echaran la mano y cosas así, Ichimatsu no estaba del todo de acuerdo pero al final aceptó.
Lo que no sabía, era que su futuro compañero de piso, era una chica.
Choroko Tanaka era el nombre de aquella chica, aquella que era todo lo contrario a él.
Ichimatsu era serio, Choroko hablaba mucho.
Ichimatsu amaba el silencio, Choroko era ruidosa a más no poder.
Ichimatsu no hacía deberes del hogar, Choroko era demasiado ordenada.
Ichimatsu se quedaba en casa con Mat y su guitarra, Choroko salía con sus amigas o ella sola.
Ichimatsu veía programas policiacos, Choroko veía anime.
Ichimatsu tomaba té, Choroko prefería el café.
Ichimatsu era hombre, y Choroko era mujer.
Así de simple, lo peor es que de cierta manera llegaron acoplarse a la perfección a pesar de ser polos opuestos, pero de igual manera, Ichimatsu sólo tenía una palabra para describirla; insoportable.
No, no era que odiara a la chica, de hecho era su amiga, pero el hecho de que fueran tan diferentes y discutieran todo el tiempo era frustrante, llegaba a haber días que no se podía sacar de la cabeza a la chica, las discusiones ni siquiera tenían sentido.
Pero aún así, a pesar de calificarla como 'insoportable', llegó a interesarle de otra forma que solo amiga. Ella era todo lo opuesto a él, y eso le encantaba.
Le encantaba que a pesar de tener diferencias llegaran a ser complementarios, como ambos disfrutaban la compañía del otro porque conocían cosas nuevas, porque era entretenido discutir, porque amaba que fuera insoportable, así si ella llegaba a emparejarlo con alguno de sus amigos, a él le encantaba.
