Lunes, 29 De Mayo

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*Suena la alarma*

-Mierda, ¿por qué no puedo quedarme todo el maldito día en cama? -Murmura Noa entre dientes mientras se talla los ojos y se levanta de la cama.
La rutina de siempre; levantarse, ir al baño y verse en el espejo por un momento mientras dice a su reflejo lo mucho que desearía estar muerto.
-Por fortuna esto va a terminar. -Piensa el chico mientras abre el lava manos y moja su rostro.
-¡Noooaa!, ¡El desayuno está listo! -Grita su madre desde la cocina.
El chico suspira al escuchar a su madre y toma una pequeña toalla para secar su rostro.

-¡Ya bajo! -Baja las escaleras y escucha que desde la cocina su madre discute con alguien por teléfono.
-Bien, te llamo luego... -Dice la mujer al ver al chico entrar a la cocina.
-Dejame adivinar... ¿Era mi padre?
-Noa, no me gusta que nos escuches discutir. -Dice la madre mientras pone los platos y cubiertos sobre la mesa.
-Créeme que lo que menos quiero es escucharlos discutir. Como siempre. -Dice mientras toma una silla del comedor y se sienta.
-Sabes que es difícil poder hablar con tu padre.
-Lo sé, por algo te divorciaste de él.
-Noa, mi niño...
-No soy un niño madre -Interrumpe el chico-. Tengo la suficiente edad para saber lo que pasa.
-...Tú padre quiere llevarte a estudiar fuera del país.
-¡¿Qué?!
-Justo por eso discutíamos... no quiero que te aparte de mi lado. -Dice con voz triste mientras sirve el desayuno.
-Bueno, no tienes porque preocuparte. No me iré.
-No tienes que hacerlo por mí, noa. -Dice la mujer mientras se sienta en la mesa.
-No es eso, simplemente no pienso seguir estudiando.
-Noa, no voy a permitir que dejes el colegio. -Responde molesta la mujer-. Te he permitido muchas cosas, pero no pienso permitir que arruines tu futuro.
-¿Futuro?, ¿lo tengo? -Pregunta Noa.
-Bastante, hijo...
-El chico suspira-.
-Olvídalo madre. Me voy a cambiar para irme al colegio, se me hace tarde. -El chico se levanta de la mesa y se marcha a su habitación.
-¡Noa, aguarda!, ¡Come tu desayuno!
Noa sube las escaleras, entra a su habitación y busca bajo su cama una botella de alcohol. La guarda en su mochila y sale de casa...

Con La Muerte En El BolsilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora