(03:50 pm.)

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–Claro, adelante.
Los chicos entran y se sientan en la sala.
–¿Y bien? -Pregunta noa.
–Bien noa, en realidad lía y yo estamos preocupados por ti, amigo...
–No hay de que preocuparse chicos, todo bien por aquí.
–¿Estás seguro, noa?, pensamos que que tal vez te está sucediendo algo malo y queremos ayudarte.
–¿Ayudarme?, ¿con qué? –Pregunta Noa.
No lo sé. Sólo queremos que estés bien. No queremos verte mal y, pues, tenemos miedo. –Responde David.
¿Miedo?, ¿por qué miedo?
–Amigo... sabemos bien que pues puede haber vuelto la idea de...
–¿Morir? –Interrumpe Noa.
–Ehhh, sí.
–Estamos mal, ¿cierto? -Pregunta lía preocupada-
–Bueno chicos, ya les he dicho que no hay de que preocuparse.
–Eh, de acuerdo... ¿Y ya no volverás al colegio? –Pregunta David.
–No creo que quieran que un asesino como yo vuelva al colegio...
Lía se levanta de su lugar y se sienta junto al chico en el sofá.
–Noa, hemos hablado de eso y no creo que seas un asesino. No fue tu culpa lo que le sucedió a Alisson.
–Fue mi culpa. ¡Yo fui el causante de todo! –Dice Noa y comienza a llorar.
–Amigo, basta, no es así... -Dice David en el momento que se sienta a un costado de el y le pasa un brazo por los hombros, al igual que Lía.
–¿Saben algo? -Dice el chico mientras se limpia las lágrimas con las mangas de su sudadera.
–¿Qué pasa? –Pregunta lía.
–Es cierto, ha vuelto la idea. Bueno, en realidad jamás se fue.
Lía y David cruzan miradas. Al parecer les sorprenden el escuchar a su amigo decir eso.
–Bueno noa, no entiendo...
–Claro, ¡jamás podrán entender! –Interrumpe Noa y entra de nuevo en llanto.
–Noa, vamos ayudarte. Vas a salir de esto. –Dice lía con lágrimas en los ojos-
–Viejo, ánimo. Saldrás de esto... Te lo aseguro. -Dice david tratando de animar al chico.
-No, es que ustedes no entienden. –Dice Noa molesto mientras se levanta bruscamente del sofá–. Háganme un favor y váyanse. Quiero estar solo.
–Pero Noa...
–Es cierto david. Creo que debemos dejarlo solo y así pueda pensar mejor. A ver si logra comprender que es injusto que nos trate así cuándo nosotros siempre hemos estado para él... –Dice lía algo molesta–. Y que aún así se atreva a decir que no nos preocupamos por él. Vámonos.
–Bien amigo, espero que pronto te encuentres bien. Ya sabes que cualquier cosa puedes escribirnos. –Dice David mientras le da unas leves palmadas en la espalda a su amigo.
Los chicos salen de la casa y se marchan bastantes confundidos y preocupados por la forma en que noa se portó con ellos.

Con La Muerte En El BolsilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora