Amor

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Pov Simón

Al salir del club, comenzamos a caminar abrazados, estabamos un poco pasados de copas, pero lo suficientemente concientes como para tener coordinación. Las luces de Buenos Aires en la noche son realmente hermosas, más si dan justo en sus bellos ojos y los iluminan aún más. Luego de caminar unas cuadras, el cielo comenzó a llover encima de nosotros. Tomé su mano y corrimos hacia el depto sin parar, mi rubia se reía como una loca, se veía tan hermosa. Al llegar al destino, senté a Ambar en el sillón y la tapé con una manta, ya que no paraba de temblar. Fuí hacia la cocina a prepararle una chocolatada bien caliente, para que se le pasara el frío. Ya una vez en la cocina aprobeché la soledad para pensar, realmente era extraño que ella me dijera de la nada que la sacara de un lugar ¿Qué le habría pasado?. Y entonces, unas manos abrazándo mi abdomen, me desconcentran. Ella comenzó a besar mi espalda, causandome unas cosquillas increíbles, me giré sonriendo y la abracé contra mi pecho.

_¿Tenes frio mi amor?_ Susurré. Ella se acurrucó con ternura.

_Si mucho_ Admitió con una voz demasiado dulce ante mis oídos.

_Te voy a hacer una chocolatada así se te pasa el frío_ Dije y besé su cabeza. Ella sonrió negando y levantó el mentón.

_Yo quiero que se me pase el frío de otra forma_ Susurró. Levanté las cejas al escucharla decir aquello, ella mordió sus labios y me dio un pequeño beso, luego me soltó, tomó mi mano y comenzó a caminar hacia la habitación ¿Acaso estaba en el paraíso?. 

Al llegar se colocó delante de mí, poso sus manos en mi abdomen y comenzó a besarme con lentitud en sus movimientos. Levantó mi remera hasta sacarmela, la tiró hacia un costado y continuó besándome, apoyándo sus brazos en mi cuello. Yo llevé mis manos hacia su firme trasero y la levanté mientras ella enredaba sus piernas en mi cadera, caminé hasta la cama y me dejé caer encima de ella, besándo su cuello de arriba hacia abajo, era tan dulce su piel, tan fría, al igual que ella. Luego la miré un instante, sus pupilas estaban dilatadas y sus labios entre abiertos, besé su cuello una vez mas hasta llegar a su pecho, metí mi mano por debajo de su espalda y desaborche su corpiño, dejando a la vista sus pequeños y rosados pechos. Los acaricie con presión mientras ella lamía mi cuello, era exquisito sentirla así. Baje mis manos hasta sus caderas y la atraje aún mas hacia mí, clavándo mi erección en su pelvis, ella gimió y con desesperación comencé a desabrochar su pantálon, luego ella levantó sus caderas ayudándome a que se lo quitara. Me alejé un poco al verla así, tan frágil con un culote dorado, sonreí y comencé besar sus piernas, hasta llegar a aquel puentesíto entre el final de su pierna y el comienzo de aquel lugar en el que deseaba entrar con desesperación. La acaricié con los dedos y ella comenzó a retorcerse del placer, me recosté encima de ella, aún acariciándola, para besarla, por que lo que más amaba hacer, era besarla. Ella acarició mi megilla con su nariz y llevo sus manos hacia mi pantalón, bajándolo, nos miramos un instante a los ojos, ella sacó sus manos para que yo terminara de quitármelo y luego me acerqué rosando su naríz.

_¿Puedo?_ Susurré. Ella asintió con la cabeza y tomó mi rostro.

_Decime que tenes... vos sabes..._ Dijo moviendo su cabeza hacia un costado, tomé mi pantalón desesperado y ella comenzó a reír. Luego de encontrarlo y ponermelo. La tomé de la espalda para abrazarla, ella abrió sus piernas y con cuidado, comencé a entrar... el extasís que sentí en ese momento, no lo habia sentido nunca. Ella me rodeo con sus brazos y sus piernas, era perfecto. Comencé a moverme primero despacio, pero subía la intensidad cada vez que ella gemía mas fuerte, sus uñas dibujaban corazones en mi espalda, al igual que mi lengua en su cuello. Ella tenía razon, el frió comenzaba a cesar, y un calor sofocánte nos invadía. Ella se levantó con dificultad para girarme y quedar encima de mí, me besó tomándome del cuello.

_Te amo_ Susurré. Quizá era rápido, pero lo sentía en mi pecho y necesitaba sacarlo en ese momento. Ella apoyó su naríz en la mía y una lagrima calló de su ojo, quizá era la primera vez que haciamos el amor, y lo haciamos juntos.

_Te amo_ Susurró en mi cuello y comenzó a moverse. Sus movimientos eran suaves, sus piernas se ponían rosadas ante el contacto de mis manos, nunca me había sentido así, esa mexcla de amor y pasión, me causaba excalofrios. Me levanté para abrazarla a mi cuerpo, y comencé a moverme al igual que ella. Nuestros movimientos se volvieron uno, ella me abrazaba como tratándo atesorar aquel momento por siempre, yo la abrazaba para que supiera que nunca me iba a ir. Y entonces pasó, los dos llegamos al climáx, sus gémidos se quedaron clavados en mí. Terminé rendido acostado sobre su cuerpo, aún abrazados, hasta que los dos simplemente nos quedamos dormidos. Para mi, esto, era el amor. 

Alone - With you (Simbar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora