-¿Si?.-en esa simple palabra su voz suena cansada- ¿Quién habla?
Me quedo callada tratando de controlar las lagrimas que amenazan con salir de mis ojos.
-¿Quién es?- su voz suena más desesperada
Comienzo a caminar fuera de la casa y tengo que respirar un par de veces para poder articular palabra.
-Papá- susurro
-¿Charly? ¡Santo cielo!.
-Si papá, soy yo y estoy bien.- sonrío por primera vez en estos días.
-¿Fué Miller, verdad? - pregúnta amargamente
-Si papá, estoy con él y no creo que pueda escapar de nuevo.- hablo tratando de sonar tranquila- Él no me hará daño, así que supongo que es algo.
-¿Dónde estás hija? ¿Él te permitió hablar o conseguiste llamarme a escondidas?, ¡Ese hijo de puta!
Su respiración se vuelve más pesada y distorcionada, me quedo quieta al lado de la piscina y me doy la vuelta confundida. Stephan esta parado en la puerta principal con su celular pegado a la oreja. ¡Mierda!
-No puedes preguntar tanto.- contesto abrumada.- Estoy bien, no me ha pasado nada y solamente quería que supieras eso.
-¡Por favor Charly! ¿Dónde estás?, no quiero perderte, no soportamos más todo esto.- solloza
El dolor es tanto que cierro los ojos y reprimo el llanto ingobernable que se aproxima. ¡Oh Dios!
-Te juro que estoy bien papá.- susurro von la voz ahogada.- Cuida de mamá y de Chloe.
-Mi niña...
-Los amo.- cuelgo la llamada
Me llevo la mano a la boca para tratar de controlar los gritos desesperados y los sollozos lastimeros. Lanzo el celular lejos de mi y termino sentada en el jardin llorando sin consolación. No sé si pueda seguir así, es demasiada presión. Stephan, mis padres, todo. Me siento muy sola y a la deriva, solamente quiero volver a mi casa y a mi vida normal. No quiero esto, nada de esto.
Levanto la vista y mis ojos se quedan clavados en la mirada turbia de uno de los guardias, me observa seriamente y apreta los puños con fuerza haciendo que sus venas se noten más. ¿Qué le pasa?.-Necesito hablar contigo- la voz de Stephan me hace saltar del susto. ¿En qué momento se acerco?
-No quiero.- contesto enseguida
-Trato con trato Charlotte.- me mira molesto
Me pongo de pie y lo enfrento.
-Estabas escuchando la conversación con mi padre y eso no estaba en el trato, así que tu y tus tratos se van al carajo.
-¡Maldita sea contigo!.- me toma con fuerza de la muñeca y comienza a caminar hacía la casa.
-Me vas a dejar todo el cuerpo morado al paso que vamos.- forcejeo para que me suelte
Ignora mis quejidos y me lleva prácticamente a rastras hasta su despacho. Una vez ahí suelta su agarre y toma asiento en su enorme silla negra de cuero, dejandome mal parada.
-¿Y qué demonios quieres?.- le pregúnto de mala gana
-Siempre de tan mal genio.- pone los ojos en blanco
-Ve al grano Miller.
Stephan cierra los ojos y respira un par de veces tratando de calmarse.
-Ya te he dicho Charlotte que me esfuerzo por ser cordial contigo pero tu simplemente no ayudas...
-¡Es que me importa una mierda!.- exploto.- Tu fuiste quién me trajo contra mi voluntad y me obliga a estár contigo cuando te he dicho que no quiero, además de que me alejaste de mi familia, ¿Eso es cordialidad para ti? Porque de ser así necesitas terapia.
Pongo mis brazos en jarras y lo miro desafiante. Él solamente respira un par de veces y saca un Puro de una caja pequeña para después encenderlo.
-Vete.- me ordena sin mirarme
¿Qué?. Debe estar jugando, él es quién me trae y después me corre. ¡Necesitas ayuda urgente!.
-Vete ahora.- le da otra calada al Puro
Sin dudarlo doy media vuelta y salgo dando un portazo.
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La obsesión de poseerte
RomanceStephan Miller era inteligente, atractivo e insoportablemente millonario y poderoso. Solo había una cosa que se negaba a aceptar... Ella no lo quería. Charlotte Archivald era una joven hermosa, de caracter fuerte y emociones perplejas. Solo habia...