Capítulo 01

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"Encontrando a Alleska"

A las afueras de la ciudad el llanto de un recién nacido captó la atención de Luisa, una mujer de treinta y dos años de baja estatura, tez oscura y ojos color ceniza.

Dejó su búsqueda de leña para la cabaña y tanteó poco a poco entre los árboles hasta llegar donde el sonido era más agudo y fuerte. Se agacho y con sus manos siendo movidas de un lugar a otro encontró lo que había llamado su atención con tanta facilidad, en tela de algodón se dio a conocer el bebe de meses.

Luisa lo tomó entre sus brazos cargándolo y cantando una canción con voz suave hasta lograr calmarlo, cuando ya solo escuchaba murmullos del pequeño chupando su dedo dio una amplia sonrisa y regreso por donde vino, esta vez con un nuevo integrante para la familia.

Luisa lo tomó entre sus brazos cargándolo y cantando una canción con voz suave hasta lograr calmarlo, cuando ya solo escuchaba murmullos del pequeño chupando su dedo dio una amplia sonrisa y regreso por donde vino, esta vez con un nuevo integrante...

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Veinte años mas tarde.

— Te lo juro Nana, si continuo así me voy a morir de aburrimiento. —Decía la joven mujer caminando de cabeza en el techo de la cabaña, mientras Luisa cocía un vestido para ella. 

— No seas exagerada Alle, estoy segura que encontraras algo con que divertirte si buscas entre tus cosas. —La mujer de cincuenta y dos años desconocía por completo de donde provenía la voz de la joven y es que ella no tenía ni idea de que era muy "peculiar" aquel bebé que consiguió en el bosque y no es como si Alleska le fuera a decir que no era normal.

Una sola vez lo intento y su "Nana" como solía decirle por no mencionar mamá porque le parecía muy poca cosa la palabrita ya que la suelen llevar horribles mujeres que abandonan a sus hijos, se carcajeo por horas mientras cenaban.

— ¿Puedo salir un rato?, anda ¿si?... —Preguntó con un deje de esperanza de que la dejaran pasear por las afueras sin supervisión como suele ser.

— Mmm... — Pensó mientras enhebraba la aguja—  Está bien, pero lleva a Maul contigo y regresa antes de que oscurezca, sabes que no podre ir por ti si te pierdes. 

Maul, era un gato salvaje de pelaje negro que poseía el mismo color de ojo que ella, apareció días después de que Alleska fuera encontrada abandonada y desde ese entonces no se ha despegado ni por un segundo. A donde va, el gato siempre la sigue y hubieron momentos donde Luisa se cuestionó el origen del animal pero al ver que no les hacia ningún daño le dio la bienvenida como mascota de la familia. 

— ¡Si Nana!,  vamos Maul. —El gato quien caminaba en el espacio sobre la cabeza de Luisa maulló haciendo que la mujer lo buscara sorprendida por las cercanías. Alleska sonrió al ver la acción de su cuidadora y le hizo señas al animal para que saliera rápido antes de que lo descubrieran.

— Tú y yo somos una verdadera rareza. —Murmuró la chica entrando al bosque oscuro. 


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