Conectada a ti (Harry Styles y tú)

Capitulo 17

*2 semana después*

Harry

Me puse unos vaqueros y una camiseta de manga corta y bajé las escaleras corriendo porque no quería que se me adelantara pero, cuando llegué a la cocina, la encontré delante de una sartén, cocinando unos huevos fritos

Estaba absolutamente preciosa. Bueno, cada día estaba preciosa y cada día me costaba más no derretirme ante ella y ante esos vestidos y shorts que hacían que mi entrepierna reaccionara. Hoy llevaba unos shorts muy cortos con una camiseta de tirantes blanca, unas sandalias y sus clásicas pulseras

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-Tarde-me dijo sonriendo

-¿Alguna vez podré hacerte yo el desayuno?-le dí un beso en la mejilla y me apoyé en el borde de la encimera, a su lado

-Déjame que piense...-se quedó un rato en silencio mientras ponía el huevo en el plato y me lo entregaba-No

Me dió un beso en la mejilla y se fue a la nevera para sacar la leche

Mi corazón se aceleró y me quedé paralizado ante ese tierno beso. Siempre me quedaba así cuando sus labios rozaban mi piel. Era algo... único

Me senté en la mesa y la observé cómo se movía por la cocina. Tan suelta y con confianza. Tan llena de vida. Y pensar que hace dos semanas no sabía ni donde estaban las cucharas...

Desde entonces, nos hemos conocido y hemos estado mucho más unidos. Pero sólo ha sido eso. De vez en cuando, ambos intercambiábamos miradas que hacían que el ambiente se calentara pero nada más. Lo que más me cabreaba es que faltaba muy poco para que se fuera y ni siquiera le había dicho lo que sentía por ella pero siempre que lo intentaba, me rajaba al segundo

Abrió el armario de las tazas y cogió su favorita: el dibujo de un mini Harry estampado en él. Abrió la nevera y sacó leche y zumo de naranja

-Toma-puso un poco de zumo en un vaso y me lo dió

-Gracias

Se sentó para tomar sus tostadas

-La mermelada. Se me ha olvidado

-Ya voy yo

-No que me la vas a acercar al brazo

-Que no...-me levanté rápido

-¿Prometido?

-Prometido-pero tenía los dedos cruzados detrás de mi espalda

Fui a la nevera y saqué el tarro de mermelada que estaba muy frio y, como de costumbre, se la puse en el brazo, haciendo contacto con su hermosa piel. Ella dió un gritito, como cada mañana

-¡Me lo habías prometido!

-Es que ya es como una costumbre. Y las costumbres se respetan-dije riéndome

-¿Una costumbre?-empezó a untar su tostada de mermelada

-Claro. Igual que la que tú tienes al coger esa taza todos los días

-Es que me gusta mucho esta taza

-Y a mí ponerte la carne de gallina

-Serás tonto...-me dió un manotazo en el brazo

La echaría de menos. Echaría de menos la forma en que se reía, en que me pegaba. Echaría de menos sus ojos del color del chocolate y su pelo perfumado a lavanda y rosas

-Puedes quedártela-bajé la mirada-Si te gusta, puedes llevártela cuando vuelvas a España

-No puedo. Es tuya, Harry