El inframundo era aburrido y triste, Hades vivía ahí desde que sus hermanos y él lo dejaron a la suerte, no podía quejarse porque era lo que su destino le había conseguido, por todos los años en ese lugar, su piel se había vuelto grisácea y apagada, ya no recordaba el color que tenía antes.
Se había acostumbrado a pasear por los prados asfodelos, el Érebo y el Tártaro, vigilando las almas de sus habitantes, a los titanes y monstruos sobre todo porque debía asegurarse que no salieran de nuevo.Pero, después de mucho tiempo haciendo lo mismo comenzaba a aburrirse, necesitaba tomar el sol de vez en cuando como cualquier otro Dios y se escabullía por grietas en el suelo a los prados de su hermana Demeter donde sabía que el aire fresco y sin pesadez en el ambiente le harían sentir mejor, no podía escapar de sus obligaciones pero al menos distraerse le ayudaba a sobrellevar la soledad.
Por la mañana, luego de revisar que todo se encontrara en orden, decidió salir, su hermana nunca notaba su presencia y ahora que todos ellos tenían una reunión importante con Zeus podía quedarse más tiempo. Lo primero que noto al pisar la tierra fue el calor, la humedad bajo sus pies y los aromas frescos de la vegetación que le rodeo...podía acostarse en el suelo un rato pero su esencia no le haría nada bien a las creaciones de su hermana.
Justo cuando buscaba un lugar donde quedarse una risa endulzo sus oídos y se tensó, se suponía que nadie estaría ahí. Se escondió tras un árbol y se asomó un poco, si no estaba alucinando, volvería por donde llego. La imagen que contempló le dejo sin aliento y su cuerpo se quedó estático en su lugar.
En medio del prado de lavanda estaba una criatura preciosa, su cabello parecía hecho con los rayos del sol y su piel era como el mármol más puro y brillante, los ojos del ser más hermoso de la tierra -y del Olimpo también- eran dos esmeraldas preciosas que no necesitaban de la luz para brillar porque eran sus propias estrellas. Dejo escapar un suspiro involuntario, creyendo que solo estaba alucinando y por primera vez en eras sintió pánico cuando esos orbes hermosos miraron en su dirección, tuvo que esconderse porque sabía que no podía presentarse. Se quedo todo el día ahí, observándole jugar entre las flores, divirtiéndose solo y cuidando los brotes que encontraba tristes.
Cuando la noche llego, se fue de la mano de dos ninfas que le llevaron a la casa de su hermana, él tuvo que volver a su hogar, pensando que debía olvidar a esa criatura hermosa porque la sola idea de acercarse estaba descartada. Sin embargo, olvidarla no fue lo que hizo, todo lo contrario, al pisar su casa se sintió como si su alma se hubiera quedado en la tierra -su mente y corazón también-.
Se sorprendió cuando al día siguiente se encontró a si mismo buscando del muchacho, había escuchado su nombre de una de las ninfas y le parecía hermoso.
Perséfone.
Era el nombre que su madre le había dado para que nadie pudiera adivinar el verdadero que solo él sabía. Pero Perséfone le quedaba bastante bien, y pronto recordó haberlo visto vagamente cuando era más pequeño, escondido tras la ropa de su hermana.
El dueño de su distracción ahora tenía nombre, su rostro hermoso le provocaba las dichosas mariposas en el estómago y quería adorarlo como si fuera su creador...era extraño en él pero conforme los días pasaban y lo seguía observando más caía por el menor.
Hasta ese día en que fue descubierto al no poder moverse y se recriminó a si mismo por su descuido, Hades se caracterizaba por su sigilo y el casco que siempre -se supone- cargaba con él para hacerse invisible en el momento adecuado. Pero, oh ironía, cuando más lo necesitaba, recordaba haberlo olvidado en su carruaje.
Se recriminó por semejante tontería mientras escuchaba los pasos de Perséfone acercándose con cuidado y a ciegas...al menos aún no le había visto, bien podía escabullirse de vuelta a su reino. Pero cuando vio sus pies pisar el vacío en un desnivel y su cuerpo irse hacia enfrente, antes de poder pensar en algo, apareció a su lado para detener la inminente caída.
Quiso preguntarle si se encontraba bien pero su boca estaba seca y se sentía incapaz de pronunciar alguna palabra.
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Myth
FanfictionEl inframundo era frío y solitario como le había contado su madre, entendía entonces porque el rey de ese solitario lugar lo había llevado con él, y aunque tenía algo de miedo...su corazón le dijo que debía quedarse a su lado. AU/basado en el mito d...