Los Maximoff ( Steve y tu)

¿Los vengadores?

- Hey, ¡sacarme de aquí!- Dije acercandome a los barrotes electrificados de la celda.
Si, me encontraba en un celda de Hydra en Sokobia, para ser más exactos en una especie de sótano. Llevaba encerrada entre los mismos pasillos, paredes y barreras desde que tenía siete años. Había intentado numerosos escapes, desde utilizar mis poderes a estrategias planeadas al milímetro pero todos fueron fallidos.

Y ahora, que nos estaban atacando, por fin las tornas parecían cambiar a mi favor.

- Avisad a Strucker, preguntadle que hacemos con tn____-  Dijo el agente que se ocupaba de vigilar la celda, bueno mejor dicho uno de los agentes.

- Strucker ha dado la orden de que no la saquéis de ahí- Dijo un agente que venía por el pasillo repleto de celdas que acababan de evacuar, excepto claro esta la mía.

- ¿Quién nos ataca? - Preguntó otro de los MALDITOS que contribuía a mi enclausuramiento.

El que acababa de llegar le hizo un gesto con la cabeza dando a entender que no podía decirlo porque estaba yo delante.

Genial.

No tenía yo hoy el ánimo para soportar secretos, si ellos no me lo decían lo averiguaría.

Mire detenidamente al agente que acababa de llegar y me concentré en sus pensamientos. Me costaba bastante entrar en su mente, aún no controlo mis poderes del todo, pero había aprendido suficiente.

Los vengadores.

¿Con que ellos eh?
He oído hablar de los vengadores. Iron man, Capitan America.... y el resto. Un gran equipo, se han cargado muchas bases de Hydra. Lo que los convertía en mis mejores amigos.

Tengo que salir de aquí, y encontrarlos, sea como sea. Son mi billete de huida.

Pensé en el frío, en la nieve, en los  días de diciembre, en el hielo. Noté como mi temperatura corporal empezaba a bajar, mis ojos cambiarían de color a un azul helado y las puntas de mi pelo se volvían de un azul celeste.
Movía mis dedos  dejando que la especie de viento azul que habían creado mis manos pasara entre ellos.

Mis poderes ya estaban activados.

Mire a uno de los vigilantes y le sonreí, viendo la expresión de terror en su cara. Antes de que pudiera decir nada dirigí el aire gélido hacia el. Congelándole el cuerpo entero haciendo que el hielo se extendiera por el suelo congelando a todo el que estuviera cerca. Helé los barrotes haciendo que la corriente eléctrica dejara de pasar por ellos. Gracias al cielo que el agua y la electricidad se llevaban tan mal.

Pegué una patada a uno de ellos haciendo que se rompa dejando un espacio por el que podía pasar.

Detuve el hielo que se extendía por el techo, y busque unas escaleras por las que subir.
Después de girar por unos largos pasillos observe unas al final de uno de ellos por las que subí.
Al final de esta había una gran puerta de acero, puse mi mano en la cerradura y en cuestión de segundos se había congelado. Pegue un puñetazo a la cerradura y abrí la puerta.
Di un par de pasos y me encontré con más escaleras.

Empezaba a odiarlas.

Lo que vi cuando llegue al final de ellas me sorprendió bastante.
Un hombre rubio con un perfil para morirse y por si fuera poco bastante bien formado con un traje de color azul y un escudo.

El Capitan, las chicas que trabajaban aquí , habían soñado despiertas con el más de una vez, lo que me hizo una idea de cómo era. Sin embargo la realidad era muy distinta, este hombre estaba mucho mejor en persona. Sin embargo siempre tiene que haber algo que me arruine los buenos momentos y en este caso fue mi querido amigo Strucker que se encontraba a su lado.