capitulo 6

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Daanna lo tomó de la cara y se inclinó para besarlo, porque no aguantaba más. Lo tenía


delante, tenía en frente a su príncipe de las hadas, herido y abandonado, decidido a irse y


rechazarla. Necesitaba un beso. Sólo uno. Un beso de él que le hiciera recordar lo que


ambos habían sido juntos una vez, pero él se apartó con rapidez y dejó que ella callera


sobre el lecho y se quedara boca abajo. Menw se encaramó sobre ella y la aplastó con su


cuerpo estirándole las manos por encima de la cabeza. Si creía que necesitaba ternura


estaba muy equivocada. Daanna había sido la culpable de su reacción, de su rendición y


ahora iba a someterla como fuera. No quería compasión. ¿Venía a hacer un trato? Perfecto.


Pero él escribía las cláusulas de ese trato, no ella. Y la primera era que no quería dulzura.


__Y yo no voy a dejar que me tomes el pelo y finjas interés cuando perfectamente no lo


tienes, Daanna. Te he dicho que si quieres mi sangre tendrás que ganártela. ¿Vas a jugar?__


le mordió el lóbulo de su oreja izquierda y tiró de él con fuerza__ ¿Te atreves? __No te


temo, Menw __ gruñó ella. __ ¿No? El miedo puede ser muy excitante, ¿sabes? Te daré mi


sangre, Daanna, pero tendrás que satisfacerme cuándo y cómo yo quiera. Mis reglas, mis


condiciones. No estás en posición de rechazarlas. Si te portas mal, no habrá recompensa.


Menw tenía razón. No estaña en posición de rechazar nada ni tampoco quería hacerlo.


Él levantó el torso y tiró de las cuerdas de cuero del techo hasta llevarse consigo la hebilla.


__ Una de las cosas que no me gustan desde que estoy en este lado oscuro no es que me


toquen. No aguanto que me toquen.__ Se cernió sobre ella de nuevo y cogió las correas de


cuero hasta atarle las muñecas y atar los extremos al lateral de la cama. El pelo rubio y


largo de Menw hizo cosquillas en la espalda desnuda. Daanna hundió la cara en el colchón


y lloró en silencio, mientras se estremecía y los hombros le temblaban. La posición era muy


sumisa. Antes de que los transformara, Menw adoraba que ella lo tocara de cualquier


manera, siempre buscaba su contacto, incluso cuando no eran amantes. Seguramente


cuando era vanirio también había deseado que lo tocara, pero ahora... Ahora no quería


ternura ni calor. Nada de ella. Sin embargo, ¡ella necesitaba preguntarle tantas cosas!


Necesitaba explicarle por qué había sido así, necesitaba hablar con él, pero


lamentablemente Menw sólo quería una cosa.


__ ¿Me vas a pegar? - preguntó Daanna tragándose las lágrimas.


__No. No pego a las mujeres.__ Se desabrochó los tejanos y los dejó caer. Se puso los


pulgares en la goma de los calzoncillos negros y se los bajó de un tirón. Caminó hacia ella


desnudo y se inclinó hasta tomarla de las caderas y arrimarla al extremo de la cama__

El Libro De La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora