Catorce

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El día siguiente llegó.

Prepare mis útiles para el instituto y decidí salir temprano de casa.

Llegué a mis clases.

Aburrido...

Aburrido...

Aburrido...

Hora de salida. Por fin.

Caminé por atrás del instituto y tomé el camión que me dejara en el instituto de Jake.

Su instituto y el mío no estaban relativamente lejos, así que literalmente llegué en menos de 10 minutos.

"Mierda"- pensé.

¡No tenía nada que hacer los próximos 50 minutos!

Bueno, en realidad, si tenía algo que hacer.

Leer.

Encontré un sitio fuera del colegio de Jake, tomé asiento y me dispuse a concentrarme en mi lectura.

Para ser sincera, cuando leo, me adentro en la historia, y eso significa que río, lloro, me asombro... como el o la protagonista.

Realmente tomo en serio ese papel.

Así que un grupo de alumnos me veía desde el otro lado de manera extraña, no los culpo, era la única chica con un libro en mano, riendo y enamorándose del personaje de la historia.

Pero, desde hace un tiempo, dejé de tomarle importancia. Anteriormente ocultaba esos sentimientos, pero luego me dije:

"Al demonio con lo que digan las personas de mí; si me gusta hacerlo, lo haré"

Y bien, eso es lo que hago en ese momento.

Revisé la hora, es la 1:58 pm, no tarda en salir Jake, seguí leyendo.

De pronto, sentí un ligero beso en mi mejilla, giré la cabeza y ahí estaba él. Ahí está Jake.

-Hola amor- me dijo.

-Hola cariño.

-¿Qué estás leyendo?

-Nada interesante- dije y guardé rápido el libro.

No me gusta decirles a las personas lo que leo, bueno, tengo algunas que otras excepciones.

-Bien ¿estás lista?

-Claro.

Siempre serás tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora