Capítulo cuatro.

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Había llegado de trabajar hacía tan solo unos minutos. Me fui a bañar y luego a cambiarme, me dirigí a la cocina para ver que podía comer.
Mientras buscaba, sentí como algo peludo se refregaba por mi pierna. Bajé mi mirada y me encontré con Sam, mi pequeña gatita. La tomé entre brazos mientras iba a verificar si aún tenía comida, y no; se le había acabado. Pobrecita, de seguro estaba muerta de hambre.

-Mamá te irá a comprar comida, bebé.- sí, hablaba con mi gata.

La dejé en el piso y luego de agarrar dinero y las llaves, bajé de ahí. Ya estaba oscureciendo en la ciudad pero no estaba muy lejos de la veterinaria donde generalmente compro la comida para mi mascota. Iba caminando y vi a alguien que venía de frente a mí. Lo reconocí por esa brillante cabellera castaña. Él también me reconoció, ya me que dio una de esas sonrisas que derretían a cualquiera.

-¿Qué hace una bella dama paseando de noche por una desierta calle de Londres?- se hizo el gracioso mientras ponía caras. Luego se acercó y me dio un beso en la mejilla. Con él no necesito ponerme rubor.

-Hola, Tyler. Estaba yendo a la veterinaria a comprarle comida a mi gata.- expliqué. Luego recordé algo, y antes de que el castaño hablara me adelanté yo.- Oye, ¿tienes algo que hacer mañana en la noche?

-Amm, no. ¿Por qué?- preguntó dudoso.

-Bueno, en el bar donde trabajo están buscando a alguien para que haga mañana una presentación y me preguntaba si tu querías... te pagarán.

-¡Eso sería genial!- exclamó feliz.- ¿Con quién hablo para firmar?

-No te preocupes, yo le aviso al dueño. Tú sólo asiste a las 8:00 pm.

-Genial, ¿tú estarás? Porque según sé tu horario termina hasta las 7:00 pm.

-Me quedaré ahí para verte. -sonreímos. Parecíamos dos idiotas. Íbamos a seguir así, hasta que me dí cuenta lo que en iba a hacer.- Oh, Tyler. Debo irme o la veterinaria cerrará.

-Claro, nos vemos mañana.- se acercó y me besó la mejilla. ¡Oh, Dios! Pude sentir su olor y era como una droga.

-Luego de comprar el alimento, llegué a mi casa y le dí comida a mi animal. También le mandé un mensaje a mi jefe y estuvo de acuerdo, así que mañana el castaño tocará allí.

30 Días para Enamorarme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora