Cuando entramos le indiqué donde estaba el baño y él fue tambaleándose. Yo fui a la cocina a tomar una aspirina para tomar ya que la cabeza e dolía muchísimo y sentía que me iba a a explotar. Mientras estaba sirviendo el agua en un vaso, siento como unas manos se apodera de mi cintura y una respiración agitada en mi cuello hacía que mi corazón comenzará a la latir rápidamente.
- ¿Te he dicho que tienes un cuerpo hermoso? - su voz ronca me hizo estremecer.
- N-no. - tartamudeé. Me di la vuelta para quedar frente a él. Sus manos seguían en mi cintura y hacía más fuerte su agarre pero sin lastimarme.
- Pues lo tienes, y no sabes las terribles ganas que tengo de probarlo. - dicho ésto, me besó. ¡Me besó!
Nuestro primer beso, aunque ambos estamos borrachos. Pensé por un momento en frenarlo y no seguirlo, pero, ¿qué más daba? Él tenía las mismas ganas que yo, y si lo paraba probablemente me iba a arrepentir.
Le seguí el beso y de un momento a otro, sentí su lengua juguetear con la mía. Demonios, se sentía bien.
Ninguno de los dos teníamos idea de lo que estábamos haciendo, pero sucedió.
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Desperté gracias a que sentí una mano acariciar suavemente mi cintura. Al principio me asusté ya que dormía sola, pero cuando abrí los ojos y lo vi, comprendí todo. El castaño estaba acostado al lado mío, abrazándome, dormido y desnudo, al igual que yo. Mierda, me acosté con él y ni siquiera lo recuerdo. Estábamos borrachos los dos. Espero que después de ésto no me deje, tengo la ilusión que no sólo quería sexo de mí. Intenté separarme un poco de él y debido a eso, se despertó. Comenzó frotándose los ojos, los abrió tan sólo un poco y me observó confundido. Cuando se dio cuenta de nuestra situación abrió sus ojos de par en par.
-Oh, mierda.- Murmuró y se separó de mí. Se sentó en la cama y se frotó los ojos.- ¿Ha pasado...?
-Sí.- Suspiré.
-Oh, Dios. Lo siento, Julianne, yo...
-No te preocupes.
-Debo irme.- Se levantó de la cama y rápidamente comenzó a cambiarse.
¿Se iba a ir y me iba a dejar después de todo lo que había sucedido? Era obvio, sólo me quería usar.
-¿A dónde vas?- Lo seguí a la cocina donde buscó su camisa.
-Tengo algo importante que hacer, lo siento.- Se la colocó a como pudo y se fue de ahí.
Me dejó sóla. Después de lo que sucedió. ¿Se arrepintió?