Responsabilidad

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Han pasado tres días, desde aquel incidente, tres días que no le he visto, tampoco es que me importara. Con todas mis pokebolas volví al sitio donde se suponía que debía encontrarlo para nuestra batalla final, pero no estaba, no como en aquel día que me ofreció su chaqueta. Espere, quería tener esa batalla, quería verlo, su rostro arrogante y mi cara de victoria al ganarle, sin el molestando siquiera me daba ganas de entrar a la calle victoria y enseñar todas mis medallas. El me había prometido tener una batalle y nadie le va a librar de su promesa.

"¡Green! ¡Abre la puerta, se que estas dentro!", toqué más fuerte, sabía que me estaba ignorando, desde la ventana se le podía ver sentado en el sofá enrollado en una manta. "¡Como no vengas ahora mismo a abrir la puerta, le pediré a Squi que lo haga por ti!", dije con enfado y por fin Green se acerco a abrir la puerta. "Dejame en paz.", murmuró, tenía mala cara, una cara pálida, ojos rojos y ojeras. Toqué su frente para comprobar que tenía fiebre y así era. "No pongas esa cara, es todo tu culpa.", balbuceó, intentando cerrar la puerta, pero yo lo detuve y entre a su casa. "Tomalo como disculpa, cuidare de ti, después de todo es mi culpa que enfermaras.", dije cerrando la puerta. "No creo que a tu madre le parezca bien, que te quedes solo con un chico.", me contradijo. A pesar de estar sola con un chico no estaba preocupada, solo era Green. Es cierto que beso mi cuello, pero solo lo había echo para provocarme. La imagen de la cara dormida de Green se me vino a la cabeza, tan tranquilo y apacible y entonces recordé como me incline hacia su frente y le di un inocente beso en la frente. "¿Porqué estas sonriendo?", pregunto malhumorado dirigiéndose al sofá. ¿Estaba sonriendo? Ignoré su comentario y fui a la cocina a prepararle un té, por suerte no tuve que buscar mucho, ya había estado en la casa de los Oak antes. "¡Greeny!", chillé contenta entrando a la sala, "Te he preparado un té.", se notaba que hoy estaba de buen humor, porque definitivamente yo era la mas fuerte en estos momentos, en otras palabras, hoy le ganaría a Green. "Odio el té.", se quejó mientras yo me sentaba a su lado. "Estas enfermo, así que te lo tomaras quieras o no.", dije dándole la taza en la mano, nuestros dedos se tocaron, por tres segundos como mucho, sentí algo extraño, sentir su mano...





   

Rivales pero con amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora