Unas blanquecinas y casi angelicales manos trenzaban el oscuro cabello de una pequeña.
-Y pensar que mi cabello era tan largo como el tuyo hace unos años- dijo besando uno de sus mechones.
- ¿Uh? ¿Ya está trenzado? ¡Gracias, papá Victor!
- Está bien- dijo, soltando una suave risa, digna de una criatura divina.
-¡Victor! ¡Abre la puerta! Olvidé las llaves dentro.
Y no pasó ni un segundo cuando la niña de hermoso cabello negro trenzado y ojos del color de un cielo de verano había, seguida por su papá, cruzado el pasillo y quedado estática esperando a que alguien abriese la puerta.
Y, al abrir, como supusieron, encontraron al joven chico que se hacía llamar Yuuri.
Miró con ternura la escena, la infante, con un precioso vestido azul pastel, unos tiernos calcetines y un cabello perfectamente trenzado.
Y, bueno, el mayor tenía su cabeza cubierta de pinzas, coleteros, lazos y quién sabe qué más.
Su flequillo había sido sujetado con un enorme y cantoso lazo color rosa chicle.
Sin mencionar que su ropa y su cabello estaban casi sepultados por purpurina.¿Cómo fue qué se enamoró de ese chico?
Cuando comenzó a conocerlo se dio cuenta de que actuaba más como un niño pequeño o una adolescente enamorada que como el hombre seductor creyó desde un principio.
Y estaba más que claro que amaba ambas facetas del peliplata, amaba las miradas seductoras que le lanzaba descaradamente entre clase y clase, pero también amaba los berrinches de niño de 5 años cuando no podían salir por la cantidad de exámenes que tenían que preparar.Adoraba esos ojos azules como el mismo mar, amaba la manera en la que su flequillo caía sobre su mirada.
Estaba enamorado del tipo que abrazaba y charlaba con cualquier extaño como si se tratase de su mejor amigo, pero también estaba enamorado del que actuaba celoso con cualquier persona que se le acercase a Yuuri.
Amaba su faceta protectora, pero también amaba su lado despreocupado.
Amaba lo olvidadizo que era, lo torpe que era con las mentiras y con las indirectas, amaba la forma seductora en la que pronunciaba su idioma natal.
Adoraba verlo pelear infantilmente con su primo por casi cualquier cosa.
Amaba sus defectos.
Amaba sus virtudes.Y al verlo, no pudo evitar reír, era increíble lo ñoño que se volvía cuando se trataba de su hija.
- Uh ¿De qué te ríes? Sólo tienes envidia de lo divina que me veo- dijo adoptando una pose de Sailor Moon. El moreno ante esto no pudo evitar reír aún más.
Tomando a la pequeña niña en brazos, se dirigieron hacia el comedor, pues ya era hora de comer.
...
Al cabo de un rato, el mayor comenzó a jugar con sus manos, aparentemente nervioso, sin razón aparente.
- O-oye, Yuuri...
-¿Uh? ¿Qué ocurre?-dijo con una sonrisa tierna.
-Sé que debería haber dicho esto antes de pedirte tener un bebé, pero... ¿te queres casar conmigo?- terminó, mientras se ponía de rodillas y sacaba de su bolsillo un precioso anillo de oro.
El nipón, en respuesta, cubrió su boca con sus manos por la sorpresa, mientras que sus ojos se cristalizaban por las lágrimas que amenazan por caer.
Amaba sus expresiones. Lo hacían ver tan tierno.
Amaba sus expresivos ojos, color almendra con una forma rasgada.
Amaba sus adorables cachetes, que a menudo se encontraban sonrosados.
Adoraba las sonrisas que le regalaba, tanto las dulces como las seductoras.
Amaba como sus gafas encajaban en su tierna carita, pero también adoraba lo sexy que quedaba con ellas fuera.
Estaba completamente enamorado de su cabello, era sedoso, fino, delicado y suave, oscuro como la misma noche. Amaba despeinarlo para hacerlo ver dulce, más también adoraba cepillarlo para hacer que luciese seductor.
Sí, definitivamente estaba enamorado hasta lo más profundo de su ser.
- Pues claro que quiero, idiota.
...
HOLA CHAMAS :D TERMINÓ ESTA KK, AL FIN. GRACIAS POR LEER MI KK ;D.
Ay ya paro xD.
En realidad sí les quería agradecer, en serio nunca pensé que esto le fuese a gustar a alguien.
Amaba despertar y leer sus comentarios <3 me han hecho feliz, gracias.
No es pinia ni fresa, es el Álex con su beiesa~
-c tira x la ventanah(?-
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music {Victuuri}
Fanfiction{AU} Él estaba enamorado desde la primera vez que lo vió, por lo que decidió acercarse a él con notitas escritas en una parte del pupitre que compartían en clase de música. Él había oído hablar de él, pero estaba demasiado ocupado soportando burlas...