Capítulo 4: El secreto de la novia

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— ¡¿Quién es esa mujer?! ¡No estoy jugando, aru!

Kagura encañonaba a un par de maleantes, con su paraguas. Los dos sujetos temblaban, porque la china parecía una chica normal, hasta pensaron en venderla al mercado negro. Y al primer golpe, se arrepintieron completamente de esos pensamientos.

— ¡Hablen! —les gritó, dándoles un golpe.
— ¡Jodida mocosa! ¡Ahora te vas a enterar!

Un tercer sujeto, que había permanecido escondido, se acercó corriendo con una tabla en la mano. A dos centímetros de golpear a Kagura, Sacchan apareció y le picó con un kunai en el trasero, provocándole un gemido.

— ¡¿Qué mierda?! —Gritó la ninja, soltando el arma. — ¡Eso es más masoquista que yo!
—Una chica linda me tocó...
—susurró el hombre.
— ¡Los adultos dan miedo!
—Kagura puso cara de asco. — ¡En fin, hablen de esa mujer!

Los tres hombres se miraron. Una opción era terminar con balas en el recto, mientras que la otra, se trataba de traicionar la confianza de su jefa. ¿Qué pesaba más?

— ¡Ella está interesada en destruir a Shiroyasha! ¡La señora es un amanto que perdió a varios familiares en la guerra! ¡Ni siquiera se trata de una mujer!... O eso creo... Tomó la forma de una mujer para acercarse, porque sabía que a ese hombre, en su vida actual, lo pierden las mujeres.

Kagura y Sacchan se quedaron heladas. Totalmente calmadas, dieron la media vuelta. Kagura susurró un ''gracias'' y salieron del callejón, a paso rápido; hasta que se echaron a correr, esquivando personas y animales callejeros.

— ¡Gin-chan! ¡Vamos a salvarte!
— ¡Gin-san, yo seré la que te destruya sexualmente! ¡No esa cosa con la que te casaste!

Por otro lado, Tama-san, Hijikata, Tsukky y Shinpachi, visitaban todos los hoteles de lujo. En ninguno de ellos, aparecía el nombre de la novia y tampoco habían visto a Gintoki.

— ¿Cómo qué no? —Preguntó Shinpachi. — ¡Es alta, rubia y anda con un sujeto que tiene permanente natural! ¡Es imposible que no llamen la atención!
—Le repito: NO hemos visto a personas así. Tenemos las habitaciones llenas. No hay con ese nombre o esas características en este hotel. Pero...

La recepcionista puso cara pensativa.

—Si vi a un hombre con permanente. Ojos de pescado, llevaba espada y comía helado. Sin embargo... No estaba acompañado por ninguna mujer, sino por un monstruo. ¡Un monstruo realmente feo!
— ¿Qué dice?
—todos se quedaron sorprendidos por ello.
—Era un amanto, pero uno realmente feo. Puedo mostrarles las cintas de la cámara de seguridad. Vengan.


Casada con Gin-chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora