Capítulo 8: El amor nos hace estúpidos

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El amanto se transformó en un monstruo peor. 

El estómago se le revolvió a Gin-san, quien a punto de vomitar, se aseguró en apuntar hacia Hijikata. ¡¿Qué demonios le colgaba entre las piernas a ése monstruo?! ¡¿Cómo podía tener un pene tan enorme?! ¡Medía lo mismo que un humano! ¡¿Esa cosa lo había estado tocando la noche anterior?! ¡Quería morir! ¡Morir! 

''¡Querido! ¡No olvidaré tu traición y te haré pagar con lo que más amas!'' gritó el monstruo, huyendo del hotel. Lo primero que vino a la mente de Gintoki, aquello que amaba más que nada... 

— ¡Las oficinas de la Jump! —Chilló Gin, jalándose los pelos de la entrepierna.— ¡Rápido, tenemos que detenerlo! ¡Ahora! 

El extraterrestre, golpeando con su pene gigante los edificios, causaba más destrucción que la que hubiera hecho Godzilla. La gente corría, gritaba y comentaba sobre semejante animalón, pensando que hay que comer bien y hacer mucho ejercicio para mantener esa longitud... Sí, por supuesto, también estaban espantados. 

— ¡Si no vas a amarme, entonces destruiré lo que amas! ¡Así me convertiré en tu gran amor, Gin-san! ¡Juro que tu culo será mío! ¡Míooooo! 

Casada con Gin-chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora