Durante dos meses todo en mi relación con Alex va viento en popa. Yo le voy a ver a los entrenamientos y luego quedamos en su casa o en la mía para darnos amor mutuamente. Por otro lado, Maria y Marcos están más enamorados que nunca, no se separan ningún momento, hasta María me ha confesado que se ha quedado con el en más de una noche, me dice que es muy bueno en la cama. Yo cada vez que oigo hablar de estos temas, me acuerdo de las cosas que suelo hacer con mi chico cuando estamos a solas, y me entran unos calores en el cuerpo...
-Mmmm...estoy deseando llegar a casa y quitarte ese vestido tan mono que te has puesto hoy-ronronea Alex a mi oído aprovechando que Maria y Marcos estaban haciendo cola para unos batidos.
-Para-le quito la mano que está posada en mi muslo y que poco a poco sube hacia arriba-. ¿Es que no piensas en otra cosa?
-Es que eres tan bonita que me descontrolas-empieza a mordisquearme la oreja, cierro los ojos entregandome al placer.
-Dios...-gimo.
Noto como sonrie, pero me tapa la boca y me susurra:
-Nena, este ruido que tanto me gusta, no dejes que nadie mas te escuche.
Iba a contestarle un par de barbaridades de las mías pero justo los otros dos se acercan a la mesa con sus batidos.
-La próxima vez hacéis vosotros cola mientras nosotros nos mordemos la oreja-dice mi amiga enfurruñada-anda que no tenéis morro.
-Venga gruñona no te enfades-dice Alex. Noto como por debajo de la mesa su mano sube por mi vestido poco a poco...
-¡Ay!-doy un brinco al notar su mano en mi parte intima. Al notar la mirada de todos posada en mi me avergüenzo-. Perdón...es que creo que me ha picado algo.
Le doy un manotazo por debajo de la mesa y él reprime una risa. Que graciosillo que es...
-Ey Sara, prueba un poco de mi batido-dice Maria ofreciendome su batido de extra chocolate.
La verdad es no me he levantado con mucho apetito y mis tripas creo que no estan bien... Al notar el fuerte olor a chocolate, unas fuertes ganas de vomitar hacen que me levante y salga corriendo al baño. Llevo unos cuantos días com estas nauseas y cada vez se me hacen mas fuertes.
-¡Sara!-Alex entra conmigo al baño y intenta sujetarme cuando vomito, pero le detengo dandole un manotazo.
-Para que doy asc...-no me da tiempo a acabar la frase, una nausea grande hace que emita una arcada y expulse todo por la boca.
-No estas nada bien, vamonos a casa.
Al de media hora consigo que las arcadas se detengan y pueda por fin salir del baño, pero Alex se empeña en que tengo que ir a casa a descansar asi que sin mas remedio, me despido de mis amigo y me voy con Alex a su casa.
Durante el trayecto, gracias al aire fresco, me siento mejor. Las nauseas paran y vuelvo a ser la misma chica de siempre. Pero cuando llego a casa de Alex, su madre (una señora de lo mas encantadora) estaba haciendo la comida y las nauseas me vuelven al cuerpo. Pero decido no decir nada para no preocupar a nadie.
-¡Hola Sara! ¿Como estas preciosa?-dice Ana, la madre de Alex.
-Muy bien Ana, ¿estabas haciendo la comida?-digo acercándome a la comida para ayudarla con algo.
-Si, prueba mi sopa haber si te gusta. Es de pollo, la favorita del marqués de mi hijo-dice guiñando un ojo a Alex. Este entorna los ojos divertido.
Cuando cojo un poco de sopa con la cuchara del cazo, intento metérmela a la boca pero la cuchara se me cae al suelo y salgo disparada para el cuarto de baño a vomitar.
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Un balonazo de amor
RomanceUna chica de quince años a la que le apasiona el fútbol se ve atrapada en la telaraña llamada amor. Se verá conectada a alguien que comparte sus pasiones, pero la cuestión es...¿quien? Si a Sara todos los chicos le parecen iguales. ¿Quien sabe Sara...