-Te presento a Marcos, mi novio-dice María dándole un besito en la mejilla-así que ya puedes empezar a correr veinte vueltas por todas las instalaciónes guapa.
-Relájate un poco, encantáda-le digo dádole dos besos-¿como es posible que te pueda gustar una tipa como esta?
Marcos se hecha a reír a la vez que María me da un codazo.
-Eres mala-me dice-además, lo he enamorado con mis encantos, ¿verdad?-dice dándole otro besito en la mejilla.
-Si...vamos a ver esos encantos-de pronto la coje en brazos haciéndole pegar un gritito de emoción. Se sonríen como bobos y se dan un besito, pero esta vez en los morros. Los jugadores empiezan a silvar.
-¡Eh Marcos, preséntanoslas!-dice uno de ellos.
-¿A vosotros?¡Ni en broma! Bueno Sara, encantádo. Me gustaría quedarme un poco más pero tengo que empezar a entrenar-le deja a María en el suelo y se aleja corriendo al centro del campo donde se están concentrádos todos los jugadores.
-¿A que es genial?-me dice María-además es el capitán de nuestro equípo de fútbol favorito.
-Estás realmente enamorada ¿eh?-le digo-jo, te envidio, yo ni siquiera me he besádo con un chico y todos los que me han pedido salir eran unos idiotas creídos. Has tenído suerte de encontrar a un chico como él, es genial.
-Si, lo sé...-dice pestañeando muchas veces apoyándose en la barandilla.
Estámos en primera fila de donde la gente suele ver los entrenamientos, hoy solo había tres padres con sus hijos ya que era lunes por la mañana, día de labor para muchos.
-Pero bueno, ahora tu a correr, acuérdate de la apuesta-dice despertándose de su embobamiento.
-¿En serio es necesario? Lo apostámos hace ocho años, además fué una tontería de crías. No me hagas correr ahora...-le digo poniendo morritos.
-Una apuesta es una apuesta, así que tontería o no tiénes que cumplirla.-Suspíro. De verdad que cuando mi amiga se propóne algo no hay nadie quien la pare así que no tengo más remedio que cumlir la apuesta.
-Eres tozuda como una mula-le digo en un bufido-menos mal que hoy me he traído playeras. Me llevará un rato acabar las veinte vueltas así que ¿tu que vas a hacer de mientras?
-Verle a mi amado entrenar-dice poniendo una voz de melancolía que me hace gracia-pero bueno, cuanto más antes empieces más antes acábas.
-Joder que pesáda, ya voooooy.
Me bajo de las gradas y empiezo a calentar. No se lo he querído decir a María pero cuando jugába al fútbol, el entrenador nos hacía dar cuarenta vueltas a las instalaciónes corriendo y sin parar. Así que veinte vueltas estará chupádo. Si lo que cuesta es empezar.
-¡Te estaré vigilando!-grita-¡No vaya a ser que hagas trampas y te pares en algún ricón!
-¡Descuída que no soy de las que hacen trampas!-le grito. Acto seguído hecho a correr.
-¡He visto a tortugas más rápidas que tu!-me vuelve a gritar.
-¡Vete a la mierda!¡Apostámos las vueltas no la velocidad!-digo ente risas-¡Y no me hagas reír que si no no puedo correr! Me saco el móvil del bolsillo con los auriculáres, me los pongo simplemente para no escucharla decir ningúna tontería más.
Las instalaciónes son bastánte grandes, son seis campos en total así que desde luego, tengo para rato. ¿Por que apostaría esa chorrada?
Paso por al lado del campo en el que está jugando Marcos con su equipo, y en verdad que es muy bueno en los regates y los pases, los hace con mucha elegáncia. Yo era así cuando jugába con mi equípo, pero después aquel incidente...¡Va, da igual, lo pasádo pasádo está!
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Un balonazo de amor
RomanceUna chica de quince años a la que le apasiona el fútbol se ve atrapada en la telaraña llamada amor. Se verá conectada a alguien que comparte sus pasiones, pero la cuestión es...¿quien? Si a Sara todos los chicos le parecen iguales. ¿Quien sabe Sara...