-¿Preparada?¡No los abras todavía eh!-noto como se aleja unos pasos-¡dale Alfonso!-grita. Oigo unos chasquidos, joder, la curiosidad me inváde por completo. Quiero abrir los ojos de una vez.
-¿Puedo abrirlos ya?-digo impaciente.
-Si-esta vez su voz se oye a mis espaldas, si que se mueve rápido. Abro los ojos y abro la boca al ver el hermoso campo verde de fútbol abriéndose en frente de mí alumbrádo por los focos. Las gradas vacías le hacian dar un toque muy mágico y parecía más grande incluso. Nunca lo había visto asi.
Me giro hacia donde está Alex. Lleva un balón en la mano. Me mira sonriéndome.
-¿Te gusta?-me dice. Tira el balón al suelo y le da un toque pasándomelo. La paro con el pie.
-Es...es precioso...Alex...-hago un giro lento observando todo el campo, todavía no me lo creo.-Lo había hechádo tanto de menos...
-Juguemos un partido.
-¿Estás loco?-le digo sorprendida-llevo cinco años sin jugar, voy a hacer el ridículo.
-Pues para llevar cinco años sin jugar tu puntería es bastante buena-dice rascándose la cabeza. Me hecho a reír.-Venga un partidito solo, a cinco.
-Venga vale-pongo la pelota en el circulo del centro del campo. Contámos hasta cinco y comenzámos el partido. Coje la pelota primero y se dirije a la portería corriéndo aunque se que se está parando, me está dejando ganar. Pues no creas que yo te voy a dejar ganar chaval.
Me adelánto y con elegáncia le robo la pelota. Hecho a correr con todas mis fuerzas hacia la portería.
-¡Eh!-grita. Con la parte de dentro del pie le doy un toque suave al balón metiéndolo ligeramente en la portería.
-¡Gol!¡Una a cero!-le digo riéndome. Dios...he hechádo tanto de menos esto...Si mi padre me llegára a ver estaría castigada durante toda la vida.
-Eres buena-dice jadeando.
-No te controles conmigo-le digo apuntándolo con el dedo-juega como eres, juega con tu fútbol.
Nos reímos a la vez mientras nos preparámos para la siguiente ronda.
***
Acabámos los dos tumbádos en el suelo jadeando. Nos hemos divertido tanto que en vez de a cinco goles han sido a quince. Obviamente el ha ganado quince a trece pero bueno, me da igual, ha jugado tal y como es y yo he jugado tal y como soy. Eso es lo que importa.
-Muy divertido-dice jadeando.
-Si...
-¿Puedo hacerte una pregúnta?-le hago un gesto con la mano para que lo diga.-Si tanto te gusta el fútbol y creéme eres buena...¿por que no vuelves a jugar? No dejes que una cicatriz te domine...
-He intentado volver al campo-le digo cortándole-soy de las personas que se levántan después de una caída. Después de que me operáran y me quitásen los puntos de la espalda quise volver a jugar. Pero mi padre...-me tapo los ojos con el brazo al notar que las lágrimas empezában a salir-mi padre se peleó con el entrenador y le dijo que no volvería a pisar el campo. Le hecho toda la culpa al equipo de fútbol y al cuerpo técnico por no haber sido lo suficiénte cuidadosos. Yo le dije que solo había sido un resbalón, que podía volver a jugar... Pero me amenazó con que si volvía a pisar el campo iba a hacer todo lo posible para destruir el equipo... Entonces le prometí que no iba a volver a saber nada del fútbol si los dejába en paz...
-Eh eh...-dice levantándome y aprentándome contra su pecho-vale, lo entiendo, ya está. No hables más.
-El...él me dijo que si volvía a pisar un campo denunciaría al equipo, que haría que cayera para que no vuelvan a jugar...-digo en un sollozo-él no sabe que estoy aquí...si se entéra...
ESTÁS LEYENDO
Un balonazo de amor
RomanceUna chica de quince años a la que le apasiona el fútbol se ve atrapada en la telaraña llamada amor. Se verá conectada a alguien que comparte sus pasiones, pero la cuestión es...¿quien? Si a Sara todos los chicos le parecen iguales. ¿Quien sabe Sara...