Viajes Astrales

capítulo 3

Camino sobre el sendero de rosas blancas, y después de unos metros, consigo llegar a una fuente. Esta era infinita, y la rodeaba un Sauce blanco, que adornaba con sus ramas el borde de la fuente, a los lados habían enormes rocas cubiertas por rosales blancos, que en su interior brillaban piedras preciosas de los colores del arcoíris, y de estas parecía fluir agua del mismo color. En dicha agua revoloteaban pequeños seres adorables, con ojos grandes que poseían galaxias y miles de constelaciones, sus pieles estaban fragmentadas con diamantes, y brillaban como los colores del agua. Portaban diminutas espadas, y custodiaban la fuente cual si fuesen sus guardianes.

"¿Hadas de diamantes?"

"¿Qué cosas inventa tu cerebro ahora Avril?"

_Tu cerebro no está inventando nada, somos completamente reales_

Escucho decir a una voz femenina, más no encuentro su origen.

_Y no somos hadas, somos los guardianes de la fuente de la paz, somos seres celestiales, creados para nada más que proteger y alejar a las almas impuras de la fuente. Somos conocidos como 'los guardianes de la paz'_

"Mierda pueden leer mi mente"

"¿Acaso dijo que esto es real, como puede ser posible?"

"¿Fuente de la paz?"

"¿Dónde estoy?"

"Cece, ¿esta es una de tus bromas?"

Soy incapaz de abrir la boca, estoy completamente confundida.

_no solo podemos leer tu mente Avril Hills, también tu alma_

Sus palabras me provocaron escalofríos, y mis piernas inocentemente comenzaron a temblar.

_¿quién eres?_ pregunté lo más firme posible, obligándome a suprimir toda inquietud. No estaba asustada, pero me era difícil mantener la cordura. Una de esas criaturitas voló sobre mi rostro, y sin pensarlo levante mi mano para que se posara en ella. Sus ojos que además de contener constelaciones, poseía un iris azulado. Sus pequeños labios, estaban barnizados de negro. Su cabello rojizo era lacio, y llegaba hasta sus hombros. Lucía un vestido blanco con escote de sirena, de su cintura se adherida un cinturón negro con pequeñas piedrecillas incrustadas que le facilitaba llevar su espada. Y no usaba calzados. Me sorprendió el hecho de que no posean alas y puedan volar.

"¿qué clase de poderes tendrán?"

_Todas tus incertidumbres  muy pronto serán aliviadas_ dijo la guardiana tomando las puntas de su cabello. _mi nombre es Diamantina, y fui asignada a ti _Diamantina se tomó unos segundos para levitar. _como tu guardiana_

_ ¿quién te asignó como mi guardiana, porque necesitaría una?_

_El Rey Cristopherieth me asignó a ti_

_ ¿Quién es ese tal Rey, Porqué necesito una guardiana?_

"¿Que carajos está pasando?"

"Cece donde sea una de tus bromas, me las pagaras"

_Avril, te aseguro que todo es real, la idea del Rey Christopherieth para que una humana posea una guardiana de la paz, me resulta extraño, solo cumplo órdenes_ Diamantina se paró en mi mano otra vez. _yo estoy tan confundida como tú, pero prometo contarte todo lo que sé. Es tiempo de que regreses_ Diamantina hizo una reverencia y empezó a levitar sobre mi mano.

_Nos veremos de nuevo_ se despidió.

_No, no, espera, ¿qué es este lugar? ¿Que había en el otro sendero?_ pregunté invadida por la curiosidad. Pero ya no me encontraba en aquella fuente, sino que en el piso de la habitación de mi madre.