Cap 2

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-Buenos días amor- Susurró Amanda sin verdaderas intenciones de despertarlo. Pero  lo extrañaba tanto, que no pudo contenerse.

Se recostó suavemente sobre la cama a  observarlo dormir.  Sonrió al recordar que Jung Kook tenía el sueño muy pesado y que no tenía mucho sentido tener tanto cuidado en no despertarlo. Después de admirarlo por unos segundos decidió ponerse de pie, pero en cuanto hizo el intento, él le tomó la mano y la acostó sobre la cama para poder abrazarla.

-Jung Kook- Se sorprendió ella.

-Buenos días hermosa- Le besó delicadamente los labios sin abrir los ojos:- Te extrañé-

-Y yo a ti- Era increíble como Jung Kook era el único hombre que podía sonrojarla y hacerla sentir mariposas.

La honestidad de sus palabras y sus acciones, hacían a Jung Kook único entre miles. Solo con él se sentía segura y solo con él quería compartir su cama.

-Voy a hacerte el desayuno- Ella le dio un beso en la nariz.

-No-La forzó a regresar:- Quédate conmigo-

-¿No tienes hambre?- Se mofó ella.

-Solo de ti- Abrió los ojos y la penetró con la mirada. El corazón de la chica se aceleró.

-Déjame bañarme primero- Dijo apenada.

-Así estás bien- Le besó los labios.

-Jung Kook- Dijo ella seria.

-Amanda sabes que eso no me molesta- Sonrió con tristeza.

-Pero a mí sí- Contestó en seco como si en verdad su aparencia diese asco:- Por favor- Le rogó calmandose un poco.

Jung Kook la soltó con lentitud. Era lo mismo de muchas otras mañanas. Amanda detestaba el olor a alcohol, cigarros y dinero que portaba cuando salía de su trabajo. Le avergonzaba que la persona que más amaba la viera así.

Casi siempre se bañaba antes de entrar a la cama, pero esta vez no. La había pasado realmente mal y solo Jung Kook podía consolarla, por lo que cometió el error de ir a verlo directamente.

-¿Qué pasa?- Preguntó el chico sentado sobre la mesa, una vez que ella se bañara y comenzara a hacer el desayuno.

-Hoy- Comenzó a hablar sin voltearse:- Hoy vi a un hombre, era… era muy parecido a mi padrastro- Se rascó el cuello nerviosa:-Ha estado llegando todos los fines de semana a verme… y la forma en la que me mira…- Se quedó ausente:- Es igual a él, cuando…-

-Amanda- Jung Kook que se había levantado, puso su mano sobre la de ella para evitar que se hiciera daño con sus uñas sobre su cuello ya rojo:- Ya vendí el carro- La distrajo para que evitara recordar las cosas que ese hombre le había hecho.

-¿En serio?- Su voz monótona denotaba aún su ausencia. Seguía perdida en su pasado.

-Mira lo que te compre- Jung Kook sacó de su bolsillo un anillo de juguete. La volteó y se lo puso en el dedo anular:- Prometo que algún día será uno real-

-Éste es… perfecto- Dijo ella observándolo con una invasión de sentimientos, que quería romper a llorar. Jung Kook supo que por lo menos había logrado distraerla, porque ese anillo falso no representaba nada para él hasta que no pudiera comprar uno real.

No obstante, no dejó pasar por desapercibido aquél comentario  tan desconcertante que mantenía a Amanda en penumbra, por lo que a sabiendas de que ella se molestaría por lo que planeaba, fue hasta su lugar de trabajo en la noche.

Un bar de strippers ubicado en una zona céntrica en Busán. Un lugar problemático por la clase de establecimientos que había. Jung Kook detestaba ese lugar, pero más detestaba que Amanda se viera envuelta en esa clase de ambientes.

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