-Jung Kook- Murmuró ella al llegar a su apartamento. Él la miró a los ojos.
Las palabras estaban demás, porque él sabía lo que ella quería. No había necesidad de pedirlo. Aunque ella estaba ligeramente más desesperada, por eso había incurrido al llamado.
El chico la beso con pasión y deseo. Ambos, en una lucha por ver quién poseía el cuerpo del otro primero, torpemente iban caminando hasta la cama, hasta que toparon con ella.
Varias prendas fueron arrancadas durante el camino, de modo que al llegar a la cama, Jung Kook solo tenía su pantalón y Amanda aún llevaba el juego de ropa interior de encaje negro que había usado para su baile.
El chico hizo el intento de quitarle el liguero pero ella se lo negó. Amanda quería controlarlo, por lo que puso sus manos sobre el pecho del chico y lo empujo sobre la cama. Jung Kook se dejó caer, pero se apoyó sobre ambos codos.Ella se sentó a horcajas sobre él, y comenzó a besarlo con fuerza. Esos labios que tanto deseaba, eran mordidos con lujuria. Bajó por su fornido pecho, lamiendo todo el recorrido hasta su ombligo y dejando una estela de saliva sobre su deliciosa piel, mientras él la seguía con la mirada.
Le saco con rapidez el cinturón y entre ambos ayudaron a sacarse el pantalón y el bóxer. Las ansias los estaban quemando demasiado como para hacer un preámbulo, así que, la chica solo corrió a un lado su hilo, agarró el miembro erecto y lo colocó sobre su entrada para luego con su mismo peso irse penetrando.
Ambos gruñeron, echando sus cabezas hacia atrás producto del placer. Una vez acostumbrados a las sensaciones, se observaron directamente. Sus ojos ardían en pasión. Una pasión casi indescriptible. Tanto así que tuvieron que sellarla con un beso al no ser capaces de expresarla de otra forma.
Un pequeño hilo de saliva fue dejado cuando alejaron sus lenguas. El chico relamió sus labios saboreándola. Era algo que lo volvía realmente loco, fuera del sabor de su fuente de la fertilidad. Pero esta vez debía conformarse con su boca, aunque un poco insatisfecho luego de que ella se alejara, y posara sus manos sobre su pecho para sostenerse.
A pesar de la necesidad, ella decidió montar un ritmo tortuoso para Jung Kook, primero subía y bajaba, y luego movía sus caderas de atrás hacia adelante. Intercalaba ambos movimientos haciendo que el chico cerrara los ojos con fuerza.
Siendo tan experta como lo era en el sexo, decidió que quería escucharlo gemir realmente, por lo que subió, y apresó la punta de su pene con fuerza contrayendo sus paredes vaginales, para luego ir bajando lentamente haciendo círculos con sus caderas.
Era terriblemente excitante para el chico que tuvo que agarrar las sabanas y apretarlas con fuerza, de lo contrario sentía que podía lastimar a su novia si la sostenía a ella. Sus gruñidos fueron aumentando, y ella amaba eso.
-Ah...!!-
-Dios!!-
Amanda sabía muy bien como darle placer a su hombre. Le encantaba manejarlo, tener completo control de sus reacciones, hacerlo suyo. Puede que en parte fuese producto de su pasado. Donde los hombres siempre hacían con ella lo que querían, pero con Jung Kook era diferente. Ella tenía el poder.
-Te amo- Le murmuró ella poniendo su mano sobre le cuello del chico.
-Yo también- Jung Kook contestó como si fuese la primera vez que lo pronunciaban. Esos momentos para él eran casi mágicos. El ansia que le causaba esperar que ella lo pronunciara, era terrible:- Te amo demasiado-
Amanda aprovechó para acelerar el ritmo, ya era el momento del clímax. Esta vez sin movimientos especiales. Solo lo montaba con fuerza. Lo único que se escuchaba en la habitación eran sus gemidos y el choque violento de sus cuerpos.
Sin poder resistirse, Jung Kook la tomó por la cintura. Aunque sabía que éste era el momento de Amanda, no pudo contenerse. Terminó forzándola a acostarse sobre su pecho.
Antes de que ella intentase alejarse, Jung Kook la embistió de forma rápida y contundente. Era tanto el placer, que la chica no tuvo fuerzas para volver a sentarse y solo se dejó llevar.
El roce de sus cuerpos, el sudor, los gemidos llenando toda la habitación, las exhalaciones cerca de las orejas de ambos. Todo se sincronizaba de forma perfecta. Inclusive, ambos no lo sabían, pero hasta sus corazones acelerados tenían el mismo compas.
-¡Ah…!- Exclamaron los dos corriéndose al mismo tiempo.
Lo que quedó del resto de la noche, tuvieron sexo una y otra vez. El sexo era una excusa meramente física para la necesidad espiritual de la que estaban urgidos el uno por el otro.
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HEROE
FanfictionJung Kook es un ex militar traumado por la guerra, quien se junta con Amanda, una ex prostituta. Su relación tiende en ocaciones a ser enfermiza, pero si de algo están seguros ambos, es que sus sentimientos son reales, aun si el mundo se pone en co...