Cap 5

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Desde que el pelinegro llegó a la casa, se mantuvo en silencio. Amanda aun dormía así que no pretendía despertarla para contarle sobre sus horribles visiones. Solo se preocuparía demás.

No es como si no hubiese tenidl ataques antes. Siempre hayaba la forma de reponerse solo.

-¿Sucede algo Jung Kook?- Preguntó Amanda ya en estando despierta, mientras se amarraba el pelo en una cola alta, cuando se alistaba para salir a trabajar.

-No- Contestó éste sentado en la cama viendo la pared como si hubiese algo ahí.

-¿Jung Kook?- Le llamó ella la atención desde el umbral de la puerta chasqueando los dedos con fuerza. Éste levantó la vista.

-Ya conseguí trabajo- Desvió el tema.

-¿En serio?- Se alegró ella caminando hacia el baño:-¿En qué?- El chico no le contestó, por lo que de inmediato ella supuso que algo andaban mal y ella se devolvió:-¿En qué? Jung Kook -repitió con severidad.

-Soy... un instructor de tiro al blanco- Amanda frunció el ceño.

-Que tú, ¿qué?-

-No digas nada- Se levantó él dejándola sola para ir a la cocina.

-¿Qué no diga nada?- Lo siguió ella:-¿Por quién putas me tomas? Jeon- Él se sirvió un vaso con agua:-¿Te estoy hablando?- Alzó el tono.

-¡Y te estoy escuchando Amanda!- Le gritó volteándose de repente:- No me vengas con reclamos de mierda, cuando soy yo-Se golpeó el pecho con el dedo:- quien tiene que soportar todas las noches, que seas tocada por otros hombres- Se acercó amenazadoramente logrando que ella diera varios pasos hacia atrás intimidada:- Y no por una cuestión estúpida de celos- Amanda chocó contra la pared:- Si no porque cada vez que te tocan-La apresó:- Sé, qué recuerdas todas las veces en las que tu padrastro te violaba, y te lo aguantas en silencio solo por conservar el estúpido trabajo. Así que no vengas a pedirme nada, porque soy yo el que se siente impotente de verte sufrir de esa manera y no poder hacer absolutamente nada al respecto-La caló con la mirada aprovechando la diferencia de altura entre ambos.

-Si lo hago... es por ti- Bajó su voz y su cabeza.

-Estamos juntos en el infierno Amanda- Dijo con severidad:- No te voy a dejar sola-Se relajó un poco, mientras tomaba su mentón y lo levantaba para besarla con dulzura.

-Juntos- Repitió ella conmovida.

Sí, Jung Kook sabía la historia de Amanda. Una niña, que junto con su hermano pequeño y su madre, se habían mudado a Corea después de que su madre se casara con su padrastro.

El día que ella cumplió los 6 años, su madre murió. 10 años de abuso y violencia de su padrastro la hicieron huir de su casa. Las drogas para olvidar su pasado la llevaron con las personas equivocadas. Involucrándose cada vez más en un mundo del que trataba de escapar.

Cinco años sumida en otra clase de infierno. Hasta el día que encontró a Jung Kook. Un primero de Enero, a las 5 mañana. Ambos estaban en un restaurante 24 horas. Jung Kook sentado en la barra y Amanda sentada en una de las mesas. Ambos tomando su insípido café, mientras tenían la mirada perdida.

¿Por qué el destino quiso involucrar a dos personas tan quebrantadas?

Ninguno de los dos lo sabía, pero, sus demonios fueron acallados cuando conocieron el templo del otro. Sus cuerpos eran como la religión que los consumía y su esperanza representada en el ardiente deseo que sentían.

Solo Dios podía entender la necesidad enfermiza que tenía el uno por el otro

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