Cap 4

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-Buenos días- Amanda escuchó un susurró en su oído que la hizo removerse. Sonrió al recordar la perfecta noche que habían pasado, y poco a poco fue abriendo sus ojos para toparse con él:- ¿Cómo amaneciste?- Le dio un beso en la nariz.

-Muy bien y tu-

-Genial-Sonrió con dulsura:-Te traje el desayuno- Se alejó emocionado y tomó la bandeja que estaba sobre la mesita de noche.

-Jung Kook- Se sorprendió ella sentandose:- Au…- Se quejó, colocando su mano en su vientre.

-Demasiado ejercicio ¿cierto?- Se mofó pícaramente.

-Creo que me van salir abdominales- Se acarició el estomago.

-Valdría la pena- Le entregó él la bandeja.

-Estoy sorprendida. Tú nunca cocinas-

-Después de lo de anoche. Cocinaré todos los desayunos- Se sentó a la par de ella y le robó una tostada.

-Ambos sabemos que eso no es cierto- Se mofó la chica llevándose una cuchara con huevo revuelto a la boca. Jung Kook sonrió como niño pequeño siendo atrapado en una travesura, ya que ella tenía razón.

-He estado pensando- Se acostó en la cama ya más serio:- ¿No extrañas tu país?-

-¿Mi país?- Ella lo miró curiosa.

-Sí. ¿No te gustaría volver?-

-Jung Kook, me vine a Corea desde que tenía 5 años. Yo no tengo nada allá-

-Pero de seguro es mejor de lo que tenemos aquí-

-Jung Kook- Dijo ella con severidad. Él se quedó quieto:- Ya superaremos éste período. Todo va a mejorar-

-Pero…-

-Te lo prometo- Le sonrió con gentileza. Él escondió un poco la cara sobre la almohada:-¿Confías en mí?-

-Con mi vida. ¿Tu confías en mí?-

-Dejaría que me dispararas con los ojos vendados- Jung Kook frunció el ceño. Amanda supo que había sido una mala comparación:-¿Sabes dónde sí me gustaría ir?- Cambió de tema con un tono muy sutil.

-¿A dónde?- Preguntó sin estar realmente interesado. Destellos de su pasado comenzaban a aflorar.

-A Aruba-

-¿Aruba?- Llamó un poco su atención.

-Frente a Venezuela- Aclaró ella, Jung Kook la observó:-Arenas claras y aguas cristalinas. Un lugar donde el cielo y el mar se conectan en el infinito, y es como si el universo te dijera que la realidad en la que vives, no existe. Que puedes olvidarlo todo y perderte entre los límites inexistentes de la verdadera realidad-

-¿Quieres desaparecer?- Preguntó él preocupado sentándose.

-Contigo- Le dio un beso en la mejilla. Él chico sonrió más tranquilo.

Jung Kook deseaba con todo su ser cumplir con lo que Amanda nunca le había pedido. Él quería lo que ella quería, por el contrario, Amanda tenía muchos deseos, pero ninguno de ellos, era superior en comparación a estar con él.

Cuando la chica volvió a dormirse, éste aprovechó para salir a buscar trabajo. Jung Kook no tenía profesión. Creyó que podría dedicarse a ser un soldado de por vida, pero fue la misma vida quien se encargó de mostrarle la realidad.

Por lo que desde que se retiró, rondaba en uno y otro trabajo ocasionalmente. La última vez, había trabajado como peón en una construcción, pero fue despedido por un altercado, tras una pelea contra unos compañeros que creyeron que sería un objetivo fácil de molestar y el chico terminó por mandar a los tres hombres al hospital.

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