Cuatro.

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— ¿¡Qué estás diciendo, Min!?

Yoongi apretó los puños mientras el labio inferior le temblaba. Ni siquiera se atrevía a la levantar la mirada del suelo y sus rodillas estaban a punto de fallarle por culpa del pánico.

— Q-que me retiro... no voy a volver a trabajar aquí.

La oficina se había quedado en completo silencio. Yoongi le había pedido a su jefe una cita privada para hablar, pero éste, quitándole importancia, le había exigido que le comentase en aquellos instantes la "cosa tan importante" que quería decirle. Su boca, al escuchar las palabras de Yoongi, se había abierto de tal manera que en esos momentos el joven empleado pensó realmente que parecía un cerdo.

— No te lo permitiré —Le dijo éste, intentando amedrentar su confianza.

— Lo siento mucho, he tomado mi decisión —Yoongi comenzó a recoger sus pocas pertenencias. Se colocó las gafas cuando notó que se le iban a caer de su rostro.

— ¿Es que quieres más dinero? —Su jefe optó por tocar el tema del sueldo, viendo que su táctica no había funcionado—. Puedo darte pagas extras, cobrarás las horas que has hecho de más.

— Lo siento mucho —Repetía Yoongi, colocándose la maleta en su hombro e inclinándose varias veces.

— ¿Deseas que te cambie de puesto?

—De verdad, no puedo trabajar aquí por más tiempo.

— ¡Maldita sea, Min Yoongi! O me das una explicación o juro que te prohíbo salir de esa oficina.

Los empleados veían la escena estupefactos. Algunos asomaban la cabeza de sus escritorios o cuchicheaban entre sí: "era normal que este día llegara", "No sé como no lo ha hecho antes", frases de ese estilo se susurraban en los oídos de algunos.

La verdad, es que todo el mundo sabia que su jefe trataba a los mas jóvenes como sus esclavos personales, especialmente Yoongi, el cual solo hacia su trabajo sin rechistar. Cogiendo aire y respirando con tranquilidad, Yoongi alzó la cabeza. Notaba como las manos le temblaban e incluso, al volver a recolocarse las gafas, las propias patillas temblaron.

— Es... es usted el... el puerco más gra-grande que he visto en mi vida... y sólo deseo que se... se meta todos esos papeles por el culo —Yoongi sintió como la vergüenza subía desde los dedos de sus pies hasta la última punta de sus cabellos. A punto estuvo de ponerse a llorar ahí mismo, sabiéndose el centro de atención e impactado por lo que había dicho.

Su jefe, si podía ser posible, abrió todavía más la boca y sus ojos se le pusieron como los de un sapo. Aprovechando la estupefacción, Yoongi se dio la vuelta con rapidez mientras veía como algunos de sus compañeros aguantaban las ganas de reírse o estaban igual de sorprendidos.

— ¡Yoongi hyung! —un chico de cabello castaño mas conocido como Taehyung tomo su brazo, haciendo que Yoongi volteara asustado a verlo— ¿Qué acabas de hacer?   

"Acabo de hacer la mayor locura de mi vida... ¡¿es que me he vuelto loco?!" respondio en su mente.

Soltandose del agarre del menor, inclino su cabeza a varias veces en forma de disculpa. Y se metió como pudo en el ascensor. Le costó acertar el botón de "planta baja" debido al tembleque de su dedo, pero cuando las puertas se cerraron, dejó caer todo su cuerpo hasta el suelo y se sujetó el cuello con las manos.

Había anochecido con rapidez. Desde la ventana de su casa Yoongi observaba a los transeúntes caminar. La mayoría de ellos eran parejas acarameladas que disfrutaban del día juntos. Había tenido varias llamadas de Taehyung, y Yoongi pensaba que lo hacía solo porque Taehyung tendría mucho más trabajo sin él en ese asqueroso lugar, ask que el había ignorado cada una de las llamadas. Las calles de Seúl estaban iluminadas, los restaurantes abiertos, los niños correteaban por las aceras con globos en forma de mickey mouse o corazones en cada una de las esquinas se reflejaba el ambiente.

Apoyó la barbilla en el borde de la ventana y suspiró. La cama estaba pegada bajo ella así que Yoongi estaba sentado tranquilo, viéndolo todo como si de una película se tratara. "Y yo aquí, en otra realidad... solo y desempleado". Pensó en la posibilidad de ir a disculparse con su jefe para que volviese a contratarlo, pero una parte de él le decía que sería un error... que lo único que haría al hacer eso, era cometer una locura aún más grande.

Se levantó despacio de la cama, haciendo que crujiera con el movimiento de su cuerpo. "Si voy a pasar la noche deprimiendome solo, por lo menos no lo haré aquí metido en mi piso", se dijo mientras, en pocos pasos, alcanzaba su abrigo y abría la puerta para salir de allí.

"Quizás la cafetería de Hoseok siga abierta..."

uyeonhi.「yoonseok」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora