Arabella.

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- O vienes ya o me largo sin ti.

- Que ya voy, joder. - contestó Arabella mirándose al espejo por última vez. Estaba perfecta, su pelo rojo estaba perfectamente peinado, el maquillaje perfecto y la ropa que llevaba le quedaba a la perfección. A Ian le gustaría, pensó la chica.

Salió del baño, su hermano mellizo la esperaba apoyado en la puerta de casa.

- Eres una pesada, no vuelvo a esperarte, la próxima vez te vas tu sola. - dijo Gray, mientras salía de casa.

Eran mellizos, pero apenas se parecían. Gray tenía los ojos verdes, y el pelo negro, mientras que Arabella, tenía ojos marrones y el pelo castaño claro, aunque se lo tiñiese de rojo.

- Y tú eres un imbécil y nadie te dice nada. - le contestó Arabella.

Gray sonrió y la dio un ligero empujon, mientras los dos se subían al coche.

Les gustaba picarse mutuamente, Gray era algo sobreprotector con su hermana, pero se llevaban bien entre ellos.

Por fin llegaron a la fiesta, Arabella siguió a su hermano, mientras esquivaba a la gente, en unos instantes, llegaron a donde estaban los demás.

Luke, hablando con una chica a la que Arabella no conocía, Gwendolyn, Damen y algo más alejados Claire y Jace.

Tras saludar a todos, Arabella buscó a Ian con la mirada. ¿Dónde estaba? Quería verle, no se había arreglado tanto como para que luego él no apareciera.

- ¡Arabella! - dijo una voz muy familiar a la chica, la pelirroja se giró y vio a una chica rubia de ojos marrones, algo baja, que sostenía dos vasos.

- Katie. - Dijo Arabella con una sonrisa al ver a su mejor amiga, mientras cogía uno de los vasos que esta le ofrecía.

- Katie kat. - dijo el hermano de Arabella al ver a la rubia, que ya estaba algo borracho.

Katie le fulminó con la mirada, no se aguantaban, odiaba que él la llamase así.

- Imbécil. - le contestó la rubia, a lo que Gray se rió.

Arabella iba a intervenir, odiaba cuando ellos se peleaban, pero derepente unos brazos la envolvieron desde detrás. Arabella se mordió el labio, intentando no sonreír.

- ¿Me has echado de menos? - dijo una de chico, que la pelirroja adoraba.

- No. - mintió esta, mientras se daba la vuelta para poder verle.

Ian, el amor de su vida. Estaba tan enamorada de él, que todo en el chico le parecía perfecto, sus ojos oscuros, su pelo rubio algo alborotado, su cuerpo perfecto y en especial su sonrisa. Esa sonrisa tan perfecta que hacía que el resto del mundo desapareciera y que sólo existiera él. Justo como la sonrisa que estaba poniendo en esos momentos.

- Venga, vamos a bailar un rato.

La chica sonrió mientras asentía con la cabeza.

Dirigió una última mirada al grupo, antes de seguir a Ian a la pista de baile de la discoteca.

Su hermano y su mejor amiga seguían discutiendo entre ellos. Gwendolyn y Damen trataban de liarse un porro, pero por lo visto estaban demasiado borrachos y eran incapaces de conseguirlo. Jace y Claire, se besaban apasionadamente y Luke se iba en dirección a los baños siguiendo a la chica con la que había estado hablando antes, mientras sonreía.

Lo normal.

Arabella siguió a Ian por la pista de baile y comenzaron a bailar, muy pegados.

Era tan feliz cuando estaba con él, aunque a veces fuera un completo capullo, a ella no le importaba, en el fondo sabía que era una buena persona.

Arabella se despertó cuando todo el sol la dio en la cama. La dolía todo. Miro a su alrededor, intentando situarse, estaba en su habitación,  Ian estaba tumbado a su lado, practicamente desnudo. Arabella sonrió al verle dormido, parecía tan tranquilo.

Un fuerte pinchazo la recorrió la cabeza, sacándola de sus pensamientos.

Necesitaba una pastilla o algo.

Se levantó de la cama y se vistió con una camiseta grande, que le había quitado a su hermano, tratando de no hacer ruido.

Necesitaba un ibuprofeno.

Fue hasta la cocina, y se tragó la pastilla con un vaso de agua. Tras eso, caminó hasta el salón, y no pudo evitar soltar una pequeña risa.

Sus amigos estaban ahí.

Jace estaba tirado de cualquier forma en la butaca, medio desnudo y abrazado a una botella de vodka vacía. Gwen se acababa de despertar, se estaba incorporando en el sofá, que compartía con Katie, que seguía dormida. Se saludaron con una sonrisa, y por último, Arabella vio a Claire y a Luke.

Estaban los dos dormidos, en el mismo sofá, medio tapados por una manta blanca que se estaba cayendo al suelo. Los cuerpos de ambos encajaban a la perfección el uno con el otro. Luke la abrazaba, manteniéndola cerca de él, como si tuviese miedo de que esta fuese a irse.

Arabella sonrió, ojalá ella tuviese a alguien que se preocupase de ella, de la misma manera que Luke lo hacía con Claire. Siempre la había sorprendido lo mucho que cambiaba Luke cuando estaba con Claire.

- ¿Crees que son conscientes de lo que tienen? - preguntó Gwen, sacando a la pelirroja de sus pensamientos.

- ¿A qué te refieres? - preguntó Arabella.

- Oh, ya sabes, ellos tienen eso que la gente se pasa toda la vida buscando y que muchos no encuentran.

Arabella asintió sin entender muy bien qué quería decir su amiga.

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