Desgarre

265 24 7
                                    

(Narra Rusia)

-Golpea, quiebra y rompe. – la puerta la eh logrado abrir a golpes dejándome entrar a la habitación de Letonia- No importa lo que hagas o donde te escondas, esta noche tu y yo tenemos que volvernos uno – dije cerrando la puerta y cubriendo con un mueble para evitar que alguien entrara, empecé a buscarlo en su habitación.

Su débil respiración logro oírla a cada paso que doy, puede escuchar su sollozo en la habitación. Este juego era tan excitante, cuando quedo frente a tu armario, como lo supuse ahí estabas, fingí no saberlo para ver que harías. Quiero ver que cara harás cuando tengas que verme antes de que tome todo de ti, las expresiones que pondrás cuando marque cada parte de tu cuerpo con mis dientes y verte rogándome que me detenga mientras yo te hago el amor.

-Oh… Letonia – te llamaba gentilmente para que te hicieras presente pero te seguiste rehusando a salir- Sera mejor que salgas… este juego termino – dije para ir a las puertas del armario sujetándolas y abriéndolas de golpe, dejándote al descubierto- Te encontré…- dije con mi cálida sonrisa.

-¡A-Ayuda…!- le tape con fuerza la boca con mi mano, no debía llamar la atención de nadie y menos del pequeño que no estaba muy lejos de aquí.

-Déjate de tonterías… ven – dije para sujetarlo de sus muñecas sacándolo del armario a la fuerza, podía escuchar como se quejaba por el dolor que le producía mi agarre.

-Me lastima… por favor – dijo casi al borde de las lagrimas antes de que lo lanzara a la cama de golpe, dejándolo boca arriba completamente asustado.

-No sabes cuanto espere este momento – dije quitándome mi gabardina, quedando solo con mi camisa y pantalones frente al pequeño que noto rápidamente mi erección, me coloque en la cama posicionándome encima suyo, y me incline quedando frente a su rostro, sus ojos se nublaron y de sus sonrojadas mejillas empezaron a bajar dulces lagrimas que saboree con mi lengua- Letonia si te resistes será peor para ti… ¿obedecerás a tu Señor? – le susurre al oído para luego morderlo con rudeza haciéndolo gemir involuntariamente, al mismo tiempo que separaba y tocaba sus delicadas y delgadas piernas.

-No quiero que me toques…- dijo casi sin aliento cuando toque con mi mano sus glúteos- ¡No quiero!- su única acción de defensa fue morderme el cuello con toda su fuerza, eso me dolió y me aparte del mocoso por unos instantes para tocarme la herida que me produjo ¿E-Estoy sangrando? Al distraerme le di el tiempo suficiente para lograr escapar de mis manos y correr a la puerta para intentar abrirla inútilmente ya que ese mueble el no podría moverlo, comenzó a gritar fuertemente por ayuda ¿Crees que puedes desafiarme pequeño enano?

-Insolente… - le dije para bajarme de la cama e ir a donde estaba el. Quedo petrificado del miedo ante mi persona- Ya no tendré consideración contigo… mocoso – lo tome del cuello de su camisa para propinarle un puñetazo directo a su mejilla izquierda, no se cuantas veces lo abre echo pero no puede detenerme hasta verlo suplicarme que lo perdone- No soporto a las personas como tu, que solo se dedican a despreciarme, se alejan de mi cuando yo realmente estoy interesado. Eres un malagradecido a ti nunca te eh golpeado como a tus hermanos, nunca comprendiste porque tu piel no posee cicatriz alguna ¿Qué se hace diferente a tus hermanos? – le dije dejándolo confundido mientras que finos hilos de su sangre bajaban por la comisura de sus labios,

Ablandare su cuerpo a golpes, y no a caricias. Tomándolo de los cabellos con fuerza lo beso con fogosidad sin importarme el, muerdo sus labios para sentir el sabor a hierro que me gustaba, y con mi otra manos rompo el cuello de su camisa dejando al descubierto sus hombros los cuales empiezo a lamer y morder con ferocidad, oyendo los suaves y débiles gemidos de Raivis que me incitaban a continuar, debilitado por los golpes el niño cayo de rodillas por los golpes y mis caricias, no hacia mas que llorar a mis pies.

-¿Por qué lloras? – dije mirándolo en el suelo, deleitándome con su pequeña figura. Me agache para pasar mi mano derecha por toda la zona de sus piernas delineándolas con mis dedos, el pobre solo ocultaba su rostro con sus manos, puedo ver como algunas de sus lagrimas se desvanecen al llegar a su cuello- Deberías estar feliz, tu señor esta dándote un trato especial, sonríe para mi… como solías hacerlo- le susurre a cercanía estremeciendo su cuerpo.

-E...Eso nunca… solo déjeme ir – me respondió dejándome ver su rostro, con los golpes que le di, le deje su labio inferior roto levemente y su mejilla derecha con un moretón casi verde que de a poco se iba inflamando. No hago mas que apreciar sus ojos violetas llenos de odio, temor, rabia ¿Me miraras solo a mí?

Con mi mano me atrevo a tocar tu cabello rizado, tan suave aunque estos guantes no se lo permitan apreciar tanto. Mi mano baja lentamente hasta llegar a tu rostro tocándolo con cuidado, estabas de rodillas implorándome tu libertad, más quiero que ruegues. Te hago señales que captaste con miedo, comprendiste claramente lo que te pedía pero te rehusabas a acatar mis órdenes.

-Ya me estas haciendo llegar a mi limite Letonia- le dije sonriéndole, asustándolo aun más- Si no quieres que vaya a la habitación de Sealand ahora mismo, será mejor que me obedezcas – le amenace, vi como abrió sus ojos y sus labios empezaron a temblar. Cierto no le había dicho que estaba aquí- ¿No te preocupa que hago esto con el verdad? – le dije levantándome para caminar a la puerta y empezar a mover el mueble quitándolo. Escucho como detrás de mi empieza a levantarse adolorido por los sutiles jadeos y quejidos que libero.

-Mientes… el no esta aquí… porque vendría – dijo casi en un susurro lo ultimo, me da risa este niño- Usted me quiere engañar – me dijo empezando a llorar otra vez.

-Puedes creerme o no ¿Qué es lo que hará la diferencia? No esta muy lejos de aquí, porque crees que ordene hacer todos esos preparativos, tú amiguito vino a aclarar algunos asuntos conmigo, esa cama que te ordene que prepararas ¿Crees que sea lo bastante cómoda para ambos? – la cara de espanto de Raivis era como tocar el cielo con mis manos – Bueno… si aquí te rehúsas a atenderme, deberé ir a ver como se comporta Peter en estos asuntos ¿Tu crees que debe ir? – le dije mirándolo a medias.

-¿Q-Qué desea que…haga señor Rusia?- esa respuesta me alegro bastante ¿te rendiste? Lo veo en tu mirada de resignación.

-Ya deberías saberlo… - le dije mirándolo directo a los ojos. Frente a mi lentamente hiciste caso a mi antigua petición que te di, torpemente fuiste quitándote tu camisa dejándome ver tu delicado abdomen

-A…Algo más – al decirlo dejaba escapar algunas lagrimas. Que hermoso.

-No se quizá podrías hacerte cargo de este problema – dije relamiéndome los labios mientras señalaba mi entrepierna palpitante.


Continuara...

La Curiosidad mata (Rusia x Letonia) (Rusia x Sealand)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora