Mi Hermosa Princesa

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Aproximadamente dure una media hora llorando en el pasillo en el hombro de mi amigo, Castiel no me decía ni una palabra, no me podía ni mirar a los ojos, decidí subir al tejado de nuevo, pero ahora todo era frió y oscuro, sentía que la cuidad no tenia colores, mis ojos veían todo de una manera muy diferente, y así la lluvia empezó a caer, y al tocar mi rostro se mezclaba con mis lagrimas, mi traje se empezó a humedecer pero no sentía nada, no sentía frió, no sentía la lluvia recorrer mi cuerpo, simplemente no sentía nada. Mire al cielo y pegue un grito con las pocas fuerzas que me quedaban y desfallecí en el suelo, Castiel se encontraba detrás de mi todo ese tiempo, me levanto del suelo y me llevo a la habitación, no logre conciliar el sueño, solo pensaba en su rostro en sus ojos en sus labios, en todas esas cosas que nunca volvería a ver, en su sonrisa, en el sabor de sus besos, o sus abrazos, cosas que en algún momento pude dar por sentado, todo eso, ya no lo tendría jamas, "mi princesa", ya no le podría decir así y ver como los colores de su rostro se elevaban o sentir su piel, su aroma, no podría verla nunca mas.

Cuando caí de nuevo en la realidad me encontraba en la sala de espera del aeropuerto, mi vuelo para volver a casa había llegado, aunque ya no era yo, simplemente era algo se que movía por necesidad o incluso impulso, algo que ya no sentía ni tenia nada que decir a los demás, mi inspiración , mis ganas de escribir, todo eso lo perdí.

Tras unas horas de vuelo volví a casa, aquel aeropuerto donde vi por ultima vez a Sucrette, todo me llevaba de nuevo a ella, sin pensarlo tome un taxi a la casa de Sucrette, debía hablar con sus padres.

Llegue rápidamente y pague al hombre del taxi, mire detenidamente la puerta, y un recuerdo tomo lugar, cuando casi beso a Sucrette por primera vez, cuando Rosa insistió en esa cita y al final de esta su padre nos sorprendió, no tenia lagrimas para expresar mi dolor, me sentía seco, sin nada mas por expresar. Toque el timbre y el padre de Sucrette abrió la puerta, en su mirada se notaba el dolor, me invito a pasar con un gesto, realmente no sabia que decir, la madre de Sucrette se encontraba en la sala con Rosa quien al parecer tuvo la misma idea que yo, hablamos un poco es decir hablaron todo el tiempo tenia la mirada en el suelo, mi mente se encontraba en blanco los padres de Sucrette nos comentaron que esa tarde seria el velorio, y el día siguiente harían el entierro.

-Tan rápido, ya lo tenían planeado todo?- Dije para mi, pero al parecer mi tono de voz fue mas alto del que creía.

Vi la mirada estupefacta de Rosa, creo que nunca esperaría de mi un comentario como ese.
Mire al padre de Sucrette a los ojos y su madre se rompió en llanto.

-A decir verdad si- Dijo la madre de Sucrette entre lagrimas.

La mire estupefacto.

-Y-yo les explicare todo- Dijo el padre de Sucrette -Cariño ve a la habitación no quiero que vuelvas a escucharlo- Dijo mirando a la madre de Sucrette, Rosa y yo nos miramos confundidos mientras la madre de Sucrette se dirigía al pasillo.

-Bueno jóvenes, nuestra hija nunca quiso contarle esto a nadie, pero creo que lo mejor es contar la verdad, y mas a ustedes que siempre estuvieron con ella- Dijo el padre de Sucrette sentándose junto a nosotros en el sofá. -Hace unos años a Sucrette le diagnosticaron cáncer, esto paso cuando aun se encontraba en su antigua escuela y yo decidí comentarle a la directora, pero esta tuvo poco tacto con la situación y todos en el instituto se enteraron, mi hija no quería eso, que le tuvieran lastima o la miraran como un bicho raro, por eso decidimos mudarnos y darle a nuestra hija una mejor calidad de vida, así fue cuando llego al Sweet Amoris, queríamos convencerla de que no estudiara mas y que disfrutara, pero se negó, quería vivir algo de una vida normal, ademas se negó a realizarse la quimioterapia, pero aun así la expectativa de los médicos mejoro mucho después de que llegamos aquí, Sucrette realmente se estaba recuperando y nadie le daba explicación a esto, hasta que un día llego a casa y se desmayo en la puerta, al llevarla al hospital nos comentaron que sufrió una recaída y que podía no volver a recuperarse, era por la época en la que realizaron la prueba vocacional, le pedí a Sucrette hablar con la directora para que no tuviera que realizarla pero se negó, sabia que no tenia futuro mas allá de la graduación, pero aun así la hizo, después empezó a desmayarse mas seguido y llego su baile de graduación, el medico nos confirmo que le quedaban pocos meses de vida, pero ella tomo la situación lo mas tranquila posible y así paso todo al final no pudo luchar contra su enfermedad- Al terminar de contar su historia el padre de Sucrette reventó en llanto nunca le había visto así, llego la madre de Sucrette y nos pidió que nos fuéramos que mañana nos esperarían en el funeral.

No dejaban de pasar por mi cabeza las palabras del padre de Sucrette.
-Y-Yo no estuve con ella, ella me necesitaba pero y-yo no estuve con ella- Dije para mi.
Rosa quien al parecer escucho mis palabras se lanzo sobre mis brazos para abrazarme no pude ni responder su abrazo solo tenia esas palabras en mi cabeza.

Era la segunda noche en la que no dormía, mis ojera se veían cada vez mas y mas.

Llego el día, hoy seria funeral de Sucrette, me puse un traje negro y me dirigí al cementerio pero algo no me dejo entrar a este. Me quede ahí, viendo a la puerta del cementerio y me aleje poco a poco, mis pies tomaron lugar, no sabia a donde seria mi destino pero si conocía el camino que estaba tomando impulsivamente.

Llegue y solo me quede mirando la reja, entre y la vi, vi a la directora del Sweet Amoris, le pregunte que si me podía quedar un rato en el instituto y acepto, nunca creí que volvería, pase por el patio, el club de jardinería, el gimnasio, los vestidores,el pasillo principal, todo me traía recuerdos de Sucrette la veía rondando por esos pasillos en mi cabeza con esa sonrisa que siempre mantenía a pesar de que todo se derrumbara. Llegue al hueco de las escaleras y me asome para ver la primera planta, no quería subir pero aun así lo hice, aquí... aquí fue mi primer beso con Sucrette, aquí comenzó esta preciosa historia de amor. Me apoye contra la pared y poco a poco me fui deslizando, hasta que quede sentado en el frió suelo, me di por vencido, y empece a llorar.

Te conocí... (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora