Te conocí... (Parte 2)

El Beso...

Fue un día normal en el instituto, al pasar unas horas note que Sucrette me quería preguntar algo, incluso en clase hice pareja con ella, aunque use la excusa de que había dejado el libro en mi casa, verdaderamente deseaba estar junto a ella, ahora que lo pienso debía haber sospechado lo que venia, en esa clase Rosa nos miraba mas que de costumbre con una gran sonrisa, ese día cuando iba camino a mi casa me encontré con Sucrette estaba algo nerviosa, al final me invito a cena con mi hermano y Rosa, me sorprendí, ya tenia planeado invitarla a cenar o al cine pero no lo tenia muy claro a donde o si aceptaría, aunque tenia la idea de invitarla solo a ella, pero aun así acepte, así llego el día de nuestra cena, era un sábado, mi hermano se fue antes para poder recoger a Rosa y llegar juntos al restaurante, justo ese día no encontraba mi chaqueta, luego recordé que había sido lavada el día anterior, la tome y salí de casa, estaba muy nervioso, de repente la idea de que Rosa y Leigh fueran no era tan mala, me calmaba un poco, cuando llegue todos habían llegado, Sucrette se veía realmente hermosa con ese vestido, la cena se dio con tranquilidad pasamos un rato agradable, finalmente la invite a la cena, y le acompañe a casa, llegamos a la entrada se veía hermosa bajo la luz de la luna, le dije la verdad, que hubiera preferido salir con ella, a solas, hubiera sido aun mas agradable, de repente me acerque lentamente a ella, no sabia lo que estaba haciendo y ella tampoco, pero mi cuerpo se manejaba solo, tenia tantas ganas de besarle, hasta que un grito me detuvo el corazón, se traba del padre de Sucrette, si que se veía molesto y me dijo que me fuera, me incomodo mucho la verdad, ¿que habrá sucedido? , ¿habíamos llegado mas tarde de lo permitido por sus padres?, al día siguiente casi no vi a Sucrette, al parecer se encontraba muy apenada por lo que había ocurrido la noche del sábado, después clases nos indicaron ir al gimnasio para un anuncio importante,pero entes de ir quería hablar con Sucrette, la vi dirigiéndose a la segunda planta así que la seguí...

-Oh...- Se sonrojo al instante, estaba verdaderamente sorprendida de verme.-¿Vas... vas al gimnasio?- Se encontraba muy apenada y evitaba mi mirada.

-Si- Enserio quería aclarar lo que paso el sábado en la noche.

-¿P-Puedo acompañarte?- Dijo sin mirarme a los ojos.

-Evidentemente -Nos dirigimos a las escaleras.

-¿Algo te atormenta?- Me dijo en el borde de las escaleras

-La verdad es que si -Y me dirigió la mirada prestando atención -La reacción de tu padre el sábado... No te ocultare que me incomodo mucho- Note que mientras hablaba me sonrojaba un poco.

-Ya me lo imaginaba - Tomo un poco de aire - Siento que te hablase así. Pero no es culpa tuya...- Se notaba que le costaba un poco decirlo -Es cierto que mi padre tiene un problema con el hecho de que los chicos se me acerquen. -Tomo otro poco de aire y empezamos a bajar las escaleras -Pero he sido yo quien provoco todo esto.- La observe confundido.

-¿Que quieres decir?- Me detuve y la mire fijamente.

-Bueno...No me estaba permitido salir con vosotros el sábado. De hecho... mis padres estaban furiosos -Dijo apoyando su cuerpo con la pared de las escaleras.

-Ahora lo entiendo mejor. Estaban preocupados - Dije mirándole a los ojos.

-Quería ir al restaurante... como fuera...-Dijo escondiendo la mirada sonrojada se quedo pensativa un tiempo y con algo de temor puso su mano en mi pecho.

-Aun así, estoy muy contento de que vinieses- Los colores se subieron a mi rostro, las palabras empezaron a fluir con naturalidad.

- Y-Yo también... - Dijo levantando la mirada. -D-Deberíamos irnos ¿No?- Apartando su mano de mi pecho.

-Deberíamos- No podía apartar la mirada de sus labios -Pero...- No creía que fuera capaz de decírselo pero finalmente... -...Tengo muchas ganas de besarte - Me miro sorprendida.

Nunca sabré cuanto tiempo me dure observando sus dulces labios, hasta que finalmente me acerque, deslice mi indice en su barbilla, cerré mis ojos y me acerque un poco mas hasta que sentí sus labios contra los míos, y le estreche contra mi.

Duramos un largo rato besándonos aunque se me paso en un segundo, de verdad la había besado, al terminar nuestro beso aun la abrazaba y comencé a sentí la piel de su mejilla, era tan suave, todo se dio de manera tan espontanea, realmente no creí que terminara así pero realmente no pude contener las ganas de besarle y a decir verdad me agrada que haya sido así, después de explicar que las relaciones no se me daban bien Sucrette decidió que quería mantener nuestra relación en secreto, aunque sea por un tiempo, supongo que es lo mejor...