Capítulo Dos.

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CAPÍTULO DOS.

-Señor, la pista que habíamos conseguido sobre el paradero de su esposo se ha perdido. Enviamos una brigada a investigar la casa en la que estaba pero al parecer ya habían desalojado. Sabemos que el Señor Oh estuvo ahí porque encontramos la camisa que llevaba el día de su secuestro en una de las jaulas del sótano mas no dejaron indicio alguno sobre su próximo paradero. Al parecer ese lugar era un lugar de compraventa de esclavos para el tráfico de personas, en una oficina logramos hallar algunos nombres de posibles compradores pero ninguno de ellos ha mandado a llevar esclavos en muchos meses.

-¡Joder, Siwon! Tenemos que actuar más rápido si no queremos perder de vista Luhan. ¡Muévanse! Quiero un jodido escuadrón en cada jodida esquina de este jodido mundo; hay que enfocarse en el Medio Oriente, sabemos que es uno de los epicentros del tráfico de personas. Siwon, tú irás conmigo para Dubái. Creo que es hora de contactarme de nuevo con viejos amigos.

-Sí, señor.

-Andando.

*

Después de haber salido de lo que parecía una mansión millonaria, Luhan y sus compañeros cautivos fueron dirigidos a un pequeño helipuerto en el jardín que había, en donde les volvieron a vendar los ojos para luego subirlos a una camioneta con un destino desconocido. Podía escuchar a sus compañeros llorar, gritar y quejarse, pero él prefirió mantenerse callado para desviar la atención.

-¡Escuchen, pequeñas mierdas! De ahora en adelante cualquiera que abra la boca así sea para bostezar se gana un tiro en la frente, ¿entendido? ¡Ahora cállense! –El ruido cesó y la camioneta empezó a andar.

El trayecto fue eterno, tanto que se vieron obligados a parar muchas veces para abastecerse de combustible y para que les permitieran tomar un poco de agua para mantenerse hidratados ante el asfixiante calor que los rodeaba.

Logró dormir varias siestas entre parada y parada hasta que por fin se detuvieron y todas las puertas se abrieron, muchas manos se cernieron sobre ellos para soltar sus manos y arrancar las vendas de sus ojos, logrando que le dolieran después de tanto tiempo sin ver la luz; se fijó en lo que lo rodeaba, era un garaje cerrado, sin ventanas y pobremente iluminado pero pudo distinguir una puerta de apariencia lujosa cuando esta se abrió dejando ver al mismo equipo de mujeres que lo revisaron cuando estaba en el sótano.

-Bien, creo que de aquí en adelante nos encargaremos nosotras para llevarlos a la subasta. Gracias por tus servicios, guapo. –Una de las mujeres se acercó al que parecía ser el líder de ellos y le guiñó el ojo mientras le entregaba un sobre más bien grueso, probablemente lleno de dinero.

- Ahora, todos ustedes, síganme. Y cuidadito intentan escapar, estarán muertos incluso antes de llegar a la ventana más próxima; en este mundo sus vidas valen incluso menos que la de una rata. Ya saben, aquí sólo sobreviven los más fuertes. –La misma mujer los miró con una sonrisa maliciosa pintada en los labios y empezó a caminar rápidamente hacia la puerta, sucedida por los cinco cautivos y las demás mujeres cerrando la comitiva.

Luhan evitó atrasarse demasiado, siempre con un ojo puesto en la mujer del frente y el otro absorbiendo toda la información posible que lo rodeaba: por las ventanas lograba ver un jardín verdísimo limitado por altas palmeras que parecían cumplir la función de tapadera de unos altos muros blancos completamente lisos, más allá el pelinegro sólo pudo divisar el Sol ocultándose perezosamente. Los hicieron subir por una escalera en forma de caracol bastante angosta que parecía servir para la servidumbre de la casa y fueron conducidos a un cuarto gigantesco con puestos de salón de belleza, con lo que parecía ser un armario gigante en una esquina, camillas de estética en un lado y una hilera de duchas abiertas en la otra esquina; nervioso, se dejó formar en fila india detrás de los dos niños y dos chicas que tenían pinta de ser menores que él. Antes no había podido fijarse en sus compañeros debido a la situación, pero ahora que los veía claramente bajo una buena luz podía asegurar que en general todos tenían rasgos muy agraciados; los dos niños parecían no tener más de doce cada uno y todavía conservaban la ternura de la infancia mezclada con el inminente cambio de la pubertad, las otras dos mujeres asemejaban unos dieciocho años, ambas con cintura estrecha, caderas prominentes y pechos acordes a sus contexturas, ni muy grandes ni muy pequeños.

Being Yours  [EXO FanFic] {HunHan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora