Epílogo.

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EPÍLOGO

Nueva York, 4 años después.

Sentía a su esposo moverse encima suyo, su polla empezando a despertar dentro de su pantalón de pijama, Luhan estaba restregando su culo sobre su regazo y besando su cuello como sólo él sabía hacerlo; levantó las manos y agarró esos dos globos perfectos que eran sus nalgas.

-Veo que el cumpleañero ya despertó. –Luhan gimió en su oído cuando el mayor rozó con sus dedos su entrada todavía dilatada por la noche anterior.

-¿Vas a darme mi regalo tan temprano? –Preguntó Sehun simulando una embestida, haciendo que su esposo gimiera más fuerte esta vez.

-De pronto tu regalo tiene más de una parte. –Ronroneó de vuelta. Se enderezó, apoyándose en el pecho bien mantenido del mayor, observando el rostro levemente envejecido de Sehun, pequeñas arrugas rodeaban sus ojos de tanto reírse y en su cabello empezaban a notarse algunas canas, dándole un aire mucho más serio y maduro que encendía a Luhan.

-¿Acaso planea usted sorprenderme, señor Oh? –Sehun agarró la cintura del ahora peli violeta y se volteó para tumbarlo en la cama, metiéndose entre sus piernas desnudas, haciéndole cosquillas. Las risas inundaron la habitación antes de ser reemplazadas por los pequeños gemidos y suspiros del menor.

-Quizá tenga una que otra cosa planeada, señor Oh. –Logró decir entre jadeos.

-Esperaré ansioso a ver lo que tienes en mente. –Se inclinó para unir sus labios en un suave beso, Luhan le rodeó el cuello con los brazos y la cadera con las piernas, bajando el pantalón con sus pies, desnudándolo. Sehun empezó a dirigir su miembro hasta esa preciosa entrada, hundiendo la cabeza primero, deslizándose con facilidad en la calidez que su culo le ofrecía; apoyó los antebrazos a cada lado de la cabeza del menor, juntando sus frentes y sus narices, dándoles esa sensación de intimidad que ambos amaban, se movió con lentitud, haciéndole el amor con entrega y cariño, expresando todos sus sentimientos en cada profunda embestida.

Luhan gemía suavemente, su respiración acelerándose cada vez más, sus manos recorriendo todo el camino de la espalda del mayor hasta enterrar sus dedos en ese cabello que lo volvía loco, le susurró en el oído que se moviera más rápido, que lo tocara, y Sehun obedeció. Se enderezó y subió las piernas de Luhan hasta sus hombros, empezó a mover sus caderas más rápido, arrancándole un grito de placer al menor que lo hizo arquear la espalda en medio de su orgasmo, eso encendió más al pelinegro, volviéndose a cernir sobre él, casi doblándolo a la mitad, golpeando su punto dulce, gritando ambos cuando el orgasmo volvió a llegar a ellos.

Se quedaron en la misma posición por unos minutos, calmando sus respiraciones, dándose mimos y simplemente disfrutando de la cercanía del otro; Sehun salió del interior del menor lentamente, dejándole una sensación de vacío que lo hizo acurrucarse más, si era posible, contra el costado del mayor.

-¿Te gustó tu regalo? –Susurró mientras trazaba patrones al azar en el pecho de su esposo.

-Sabes que me encanta el sexo mañanero contigo, amor. Siempre es un regalo el poder estar dentro de ti. –El pelinegro sólo atinó a reírse cuando Luhan se sonrojó furiosamente y se escondía en el hueco de su cuello –Llevamos seis años de casados, amor, y todavía te sonrojas cuando me refiero directamente a hacer el amor contigo.

-Que llevemos tanto tiempo casados y que tengamos dos hijos en plena adolescencia no significa que esté acostumbrado, Sehun. –El más pequeño lo golpeó juguetonamente en las costillas.

-Ahora te las vas a ver conmigo, pequeño. –Sehun se lanzó encima de Luhan a hacerle cosquillas otra vez, rodaron en la cama, riéndose y jugando hasta que escucharon un grito venir desde la puerta.

-¡Joder, apesta a sexo aquí! –Hansol tenía su mano sobre los ojos de Jeno, que cargaba un bonito pastel con una vela encendida. La pareja automáticamente se sentó en la cama, acomodando las sábanas de tal forma que pudieran cubrir su desnudez.

-Cuida tu vocabulario, jovencito. –Le reprendió Sehun una vez se aseguró que Luhan estaba perfectamente cubierto.

-Lo siento papá. Jeno y yo nos levantamos temprano esta mañana para poder invitarlos a desayunar. Ya saben, como cumplen en el mismo mes y su aniversario no está tan lejos...

-Estamos ahorrando dinero de nuestra mesada para las entradas de un concierto, Hansol, no vale la pena sacar excusar. Hicimos el desayuno como su regalo de cumpleaños porque no queríamos gastar tanto de nuestro dinero en sus regalos. –Jeno apartó la mano de su hermano y se acercó a la cama, sentándose a los pies y dejando el pastel en medio de ellos.

-Me parece bien que estén ahorrando, así sabrán lo que es esforzarse por algo que realmente quieren, niños. –Luhan se recostó en el hombro de su esposo mientras le indicaba a Hansol que se acercara –Ahora, ¿cómo vamos a partir este delicioso pastel? Tiene muy buena pinta. –Jeno sacó un cuchillo pequeño y se lo tendió a Sehun.

-Has los honores, papá. –El pelinegro lo sostuvo y cortó cuatro pedazos, Hansol había ido a la cocina por algunos platos y comieron entre risas, conversando sobre las Universidades a las que iban a aplicar, el concierto al que irían, el trabajo de Luhan y de Sehun y demás hasta que las tripas del peli violeta gruñeron y tuvieron que ir a la cocina a terminar de desayunar.

Una vez terminaron, cada uno regresó a su respectiva habitación, Sehun llevándose una sorpresa cuando vio una caja junto a su traje cuando salió de la ducha hasta que sintió unos brazos más delgados le rodearon la cintura y un pequeño beso fue depositado en su hombro. Giró un poco la cabeza y se encontró con la mirada sonriente de Luhan.

-¿Esta es la otra parte de mi regalo? –El más bajo asintió, riéndose.

-Anda, ábrelo ya. –Le insistió. Sehun se sentó en la cama y lo obligó a sentarse en su regazo en lo que soltaba la cinta que lo envolvía, lentamente abrió la caja y vio un reloj Santos-Dumont, un clásico de Cartier, el mismo que Sehun llevaba buscando por muchos años.

-Cómo es que tú...

-Esconder tu afición por los relojes es un caso perdido, cariño. Compartimos guardarropa, ¿recuerdas? Bastó una llamada a Siwon para saber cuál te faltaba. Admito que tardé casi un mes en conseguirlo, pero sé que valió la pena con sólo ver tu cara. –Luhan abrazó el cuello del pelinegro y lo besó en la mejilla.

-Me encanta, bebé. Es sencillamente perfecto, gracias. –Sehun le agarró una mano para besarle los nudillos, haciéndolo reír.

-Mira en la parte de atrás. –Le indicó con una sonrisa pícara, el mayor volteó con cuidado para ver que había un pequeño grabado.

-"Siendo tuyo, ahora y siempre" –Leyó en voz alta, pudo sentir a Luhan esconder el rostro en su cuello, sonrió y le levantó el mentón con los dedos – ¿Qué largo ese ese "siempre", amor? –Luhan sonrió y lo besó.

-Quédate cerca y ya veremos.

FIN.

****

Siempre prefiero dejar notas en el último capítulo porque sé que nadie las lee.
Como antes, si has llegado hasta aquí fue porque me acompañaste en este largo y arduo camino junto a Sehun y Luhan, ¡felicidades!
Las despedidas no son fáciles, para nadie, y la nostalgia que me invade en estos momentos se compara con la de una madre viendo a su hijo partir, porque mis historias son mis hijos. Sin embargo, es momento de cerrar, ya con broche de oro, esta historia que tantas emociones nos causó.
Muchísimas gracias a quienes se tomaron el tiempo de leer Just Be Mine y Being Yours, gracias también por cada voto y cada comentario que dejan cuando leen, sepan que reviso todos y cada uno de ellos.
No será lo último que sepan de mí, aunque tardaré, prometo regresar a ustedes con algunas historias más.
Los y las quiere,
Emma.
7

de mayo, 2017

Being Yours  [EXO FanFic] {HunHan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora