Capítulo Ocho.

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CAPÍTULO OCHO

-¡Sehun! –Luhan lloró más fuerte ante la vista de su esposo parado frente a él, un poco magullado y con manchas de sangre que esperaba no fueran de él, pero ahí estaba, después de tanto tiempo de esperarlo, por fin lo estaba rescatando.

-No llores amor, mi corazón no lo soporta. –La expresión del rubio se ablandó cuando lo miró, los ojos llenos de añoranza y amor puro por su esposo, al que deseaba tomar en sus brazos y no dejarlo ir jamás, pero su hilo de pensamiento fue cortado por la risa oxidada de Kikwang.

-¡No lo puedo creer! El frío, calculador y traicionero Oh Sehun se derrite por la única puta que accede a abrirle las piernas, qué romántico. –Replicó con sorna. Luhan vio con asombro cómo Sehun desenfundaba una pistola y apuntaba a Kikwang.

-Suelta a Luhan, Kikwang. Ahora.

-¿Y qué vas a hacer si no lo hago? –Luhan pudo ver por el rabillo del ojo un mínimo movimiento en la cabina de la camioneta y se sorprendió al ver que era Siwon el que estaba sentado detrás del volante.

-Sencillo, te mato. –Sehun alzó el brazo y disparó al mismo tiempo que Luhan se agachaba para evitar el impacto, Siwon bajó de un salto de la camioneta y se acercó al pelinegro para alejarlo del fuego cruzado que empezó apenas Kikwang esquivó el disparo del rubio.

-¡Siwon, has algo! Kikwang puede matar a Sehun. –Luhan estaba aterrorizado, ambos hombres habían dejado las armas y se habían ido a los puños; en este momento Sehun estaba debajo del hombre mayor, recibiendo puños en su rostro y costillas.

-No puedo, Sehun debe hacer esto por sí solo; es una pelea que lleva aplazándose muchos años.

-¡A la mierda, tú no puedes pero yo sí! –Luhan gruñó y golpeó a Siwon en el estómago con el codo, escapando del abrazo que el más alto y corriendo hacia una esquina, donde recogió la piedra más pesada que encontró y se acercó sigilosamente a donde se encontraban luchando los dos hombres; Sehun logró divisar a su esposo, pero se mantuvo en silencio mientras trataba de mantener a Kikwang en una buena posición para que Luhan pudiera golpearlo.

El pelinegro, cuando estuvo lo suficientemente cerca, levantó la piedra sobre su cabeza y la asestó contra la cabeza de Kikwang con todas sus fuerzas, hundiéndose justo en la mitad, fracturando el cráneo y causando una muerte casi que inmediata. Todo quedó en silencio, Luhan dejó caer la piedra, untada de sangre, y se alejó lentamente; Sehun sacudió el cuerpo de Kikwang lejos de él y corrió, por fin, a abrazar a su esposo.

Luhan simplemente se lanzó a sus brazos, trepando sobre él como un koala sin importarle el dolor de sus golpes, llorando mientras enterraba la cara en el cuello de Sehun. El rubio simplemente ignoró todo, sintiéndose completo por primera vez en meses, con su pequeño Luhan en sus brazos.

-Tenía tanto miedo, Hun. –Sollozó el pelinegro apretándose contra él.

-Lo sé amor, pero ya pasó. Estás aquí, conmigo; estamos a salvo ahora, Kikwang es historia. –Sehun frotaba la espalda de su esposo, tratando de tranquilizarlo en lo que Siwon se contactaba con sus hombres para saber de la situación allá arriba y se hacía cargo del cuerpo de Kikwang.

-Llévame a casa, Sehun. Por favor. –Susurró Luhan unos segundos después, ya más calmado. El rubio suspiró pesadamente y caminó con su preciada carga hasta la puerta de la mansión, donde un discreto auto los esperaba para llevarlos al hotel donde Sehun se estaba quedando.

Una vez en la habitación, después de una larga y revitalizante ducha y de que un médico revisara a Sehun, la pareja se encontraba debajo de las sábanas, desnudos, abrazados, casi fundiéndose el uno con el otro, demasiado emocionados para dormir pero demasiado cansados para hablar, observándose detalladamente, grabando en sus mentes todos esos detalles que seis meses habían alcanzado a desvanecer.

-Mírate... tan delgado y pálido, amor. –Susurró Luhan, acariciándole al rostro.

-La comida no tenía sabor porque no eras tú quien la cocinaba, Han; me era imposible acostarme en la cama y no verte en ella... -Sehun agarró la muñeca de su esposo y depositó varios besos en la palma de su mano antes de volver a dejarla donde estaba.

-Ay Hun... -a Luhan se le quebró la voz, había extrañado demasiado a su esposo.

-Sh... ya deja de pensar en eso, cariño. Mejor durmamos. –Sehun se acomodó mejor e hizo que Luhan se recostara sobre él; cerró los ojos, dispuesto a dormir en paz después de tanto tiempo cuando...

-¿Sehun?

-¿Qué sucede, amor?

-Hay algo de lo que quiero hablar contigo, seriamente.

Being Yours  [EXO FanFic] {HunHan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora