A la mañana siguiente, Milo se despertó un poco mas tarde que de costumbre. Estiro todo su cuerpo sin abrir los ojos y sintió una pequeña punzada en la parte baja de la espalda.
Abrió por completo los ojos y notó que estaba solo en aquella enorme habitación. Una extraña sensación de soledad se apodero de él, como si se sintiera abandonado.
Negó fuertemente con la cabeza, no había razón para sentirse así.
Como pudo se levantó y con paso lento se dirigió a la cocina mas por costumbre que por una acción consiente.Al entrar a la habitación se encontró con un completo desayuno en la mesa y Camus de espaldas a el sacando algo de la heladera
-Ah...buenos días ¿Ya te levantaste?-dijo algo sorprendido el acuariano cuando se volteo y encontró a su compañero ahí-estaba por llevarte el desayuno-agrego dejando una pequeña pastilla blanca junto a los alimentos
-Bu... Buenos días...no...No era necesario -busco la mirada del otro como esperando una respuesta. Camus sonrió cálidamente de lado y Milo supo que todo estaba bien.
-¿Dormiste bien?- cuestiono una vez que se sentó indicándole al peliazul que hiciera lo mismo
-Bastante. No quería levantarme
Camus volvió a sonreír y la conversación siguió su curso como cualquier otra. Nada de lo sucedido la noche anterior se mencionó pero los recuerdos estarían ahí siempre sobretodo el susurro de su nombre por parte del escorpiano
Después de aquella noche Milo se sentía mas seguro de si mismo. A pesar de solo a ver sido una vez tenía una idea de que hacer y como. Eso lo hacia feliz, tal vez no seria el mejor amante que su novio tendría pero sabia como empezar a practicar para serlo.
En un par de días cuando Aioria regresara se lo demostraría.
***
Los días pasaron con rapidez, la amistad entre Camus y Milo no se vio afectada por lo que paso. Milo seguía yendo al templo de acuario para hablar o solo pasar el rato y Camus seguía escuchándolo o simplemente disfrutando de su presencia... Solo que a veces al observarlo por algunos momentos el recuerdo de sus cálidos besos sobre su piel lo asaltaban y las ganas de volver a probar ese cuerpo se apoderaban de él; aun así jamás lo hizo nunca haría nada que lastimara a su hermoso escorpión por mas que eso lo destrozara por dentro.
Aquel día, Milo estaba en su templo recostado en el sillón de la sala pensando que hacer esa noche para que el regreso de Aioria sea especial; tan distraído estaba que se quedo dormido. No supo cuanto tiempo durmió pero se despertó al sentir una mano acariciando sus cabellos
-Mmm...Este tacto... no es igual
-Milo...Milo despierta
-... ¿Aioria?-cuestiono intentando reconocer aquella voz
-No deberías dormir ahí-le dijo con una sonrisa cuando el escorpión dorado logro despertarse
-No se en que momento me dormí- se tallo un ojo mientras se sentaba para dejarle lugar a su pareja
El otro solo sonrió al darse cuenta que su novio estaba tan dormido que no había reparado en su presencia
-...espera ¡¿Que?! ¡¿Aioria?!¡¿Que haces aquí?!
-Jajajaja-rompió en carcajada el leonino-¿Que no puedo visitar a mi novio en su templo?
-Pe...Pero se supone que volverías esta noche
-Si pero termine antes la misión. Ahora ¿Me vas a saludar como corresponde o vas a seguir haciendo preguntas? -interrogó con una sonrisa
-Lo siento-se acercó lentamente y lo beso- bienvenido- dijo cerca de sus labios.

ESTÁS LEYENDO
Clases Privadas.
FanfictionMilo esta en pareja con Aioria hace un tiempo y cree que ya es momento de dar el siguiente paso pero ante su inexperiencia decide pedirle ayuda a su mejor amigo Camus. #15 en CamusxMilo