2."Tú conocías al Max de antes, no a este nuevo."

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Aquella misma noche le conté todo lo que había pasado con Jim a mi prima. Ella se alegró mucho por mi, no paraba de darme besos y abrazos todo el rato. Después de contarle los planes que tenía con Jim para el día siguiente nos pusimos a cenar. Terminamos pronto de cenar, pero estábamos tan cansadas que nos fuimos a las pocas horas a dormir. A la mañana siguiente me desperté tarde, tenía solo una hora para prepararme, porque había quedado con Jim.

Me puse un vestido azul marino, de tirantes y corto, era bastante fresco. Unas sandalias a juego, y con una goma de pelo me até una coleta. Cogí mi bolso y me acerqué al jardín para despedirme de mi prima.

—Megan, me voy ya con Jim, ¿vale?.

—¡Vale!, luego te veo, ¡usar condón eh! —Idiota, es lo primero que pensé en ese momento mientras que ella se reía sentada en su tumbona.

—¡Me parto de la risa contigo eh prima! —Le hice una mueca de burla y salí de allí. 

El timbre de casa sonó, mi cara cambió completamente, de estar burlona pasó a una gran sonrisa de oreja a oreja. Corrí hacia la puerta de la entrada, abrí la puerta y ahí se encontraba Jim frente a mi, sonriendo, y lo mejor, con una camiseta de tirantes pegada que hacía que se le marcaran los músculos del pecho, y quedaran a descubierto los de los brazos. Esa imagen de él me puso mucho, en esos momentos pensé en arrancarle toda la poca ropa que llevaba, pero me controlé y solo me lancé a sus brazos, dándole un beso largo en los labios. Él me agarró de la cintura, y al terminar el beso no paraba de sonreírme.

—Joder gorda, si que tenías ganas de verme —Acarició mi mejilla sin apartar su mirada de la mía, y sin dejar de sonreír.

—Por supuesto que sí cariño, pero ya te tengo aquí conmigo —Le sonreí y volví a darle un beso, pero esta vez uno corto.

—Vamos a la casa de mis abuelos, tienen piscina, y estaremos solos porque ellos se han ido unos días con mis tíos.

—Me parece genial, siempre he preferido las piscinas propias.

—Estaremos más tranquilos, los dos solos, en el agua...

—¡Pues vamos! 

Soltó sus manos de mi cintura y se colocó a mi lado, agarrando mi mano y entrelazando nuestros dedos. Comenzamos a caminar, íbamos con bastante prisa, entre el calor que hacía y las ganas que teníamos de llegar casi íbamos corriendo, pero no, solo caminábamos deprisa. Estábamos a pocos metros de llegar a casa de Jim cuando en el camino nos encontramos con la persona que menos ganas tenía de ver, nos encontramos con Max. Max era el niñato estúpido que tanto odiaba cuando era más joven, siempre se metía conmigo y lo odiaba por ello, pero en los últimos años dejó de meterse conmigo, cambió, pero no para bien, porque seguía siendo el mismo niñato chulo de antes. Jim lo saludó, era de esperar, se conocían de muchos años atrás, y vivían en el mismo pueblo. Yo en cambio le miré, y para colmo él hizo lo mismo, no apartó su mirada de mi. No era la misma mirada de siempre, esta vez era diferente, me sentí incómoda, pero a la vez sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo de arriba  abajo. En ese momento no entendía mi reacción al verle, pensaba que lo odiaba, pero cuando me giré para mirarle de nuevo él me estaba mirando también, y en ese momento descubrí que ni su mirada ni la mía eran de odio. El resto de camino hasta casa de Jim no dejé de pensar en Max, era un chulo sí, pero al menos tenía de qué chulear, para ser honesta el tío estaba buenísimo, y su cara había cambiado un poco, estaba mucho más guapo. Odié esos pensamientos, yo le odiaba, no podía pensar eso de él, así que para compensarlo mi mente lo insultó llamándolo creído. 

Entramos a casa de los abuelos de Jim, el jardín era enorme, y la piscina aún más. Me quedé fascinada, los abuelos de Jim debían tener mucho dinero, qué suerte, yo también deseaba tener una casa así en aquellos tiempos. 

—¿Traes puesto el bikini? —Me di la vuelta para mirar a mi chico.

—No, he traído uno en el bolso.

—Yo ya llevo puesto el bañador, te enseño donde está el baño y te cambias ahí.

—Vale, gracias cariño.

—De nada guapa.

Entramos dentro de la casa, me señaló hacia una puerta y me dio un beso corto antes de volver al jardín. Camine hacia la puerta y entré dentro, era el baño, y menudo baño, era enorme. Me quité el vestido, saqué el bikini del bolso, y antes de comenzar a quitarme la ropa interior sonó mi móvil, era un mensaje de whatsapp, de mi prima Megan.

"Lo siento mucho primis, pero me ha quitado el móvil y ha cogido tu número, lo siento de verdad. Espero que lo estés pasando bien, besos" 

No entendí el mensaje, le habían quitado el móvil, ¿pero quien?. Me quité la ropa interior, la guardé en una bolsa dentro del bolso, me puse el bikini y volvió a sonar mi móvil, otro mensaje de whatsapp, pero esta vez era un número que no tenía. 

"Hola Ashley, soy Max, le he cogido tu número a tu prima, espero que no te importe, quería hablar contigo, tenemos muchas cosas que hablar."

No podía creérmelo, ¿de qué iba?, cogió mi número sin ningún consentimiento y encima se atrevió a decirme que teníamos muchas cosas que hablar. Me enfurecí, y le contesté, sí, le contesté, pero no amablemente. 

"No tengo nada de qué hablar contigo" 

"Sí tienes, al menos tienes que prestarme atención, pero prefiero decírtelo a la cara, ¿quedamos?." 

"¿¡QUÉ!? ¿quedar contigo?, no gracias, paso."

"Cambiarás de opinión en cuanto hable contigo."

"Lo dudo :)"

"Ya verás;) tú conocías al Max de antes, no a este nuevo."

"Tampoco tengo ganas de conocerlo, y ahora adiós, me largo a la piscina con mi novio."

Metí el móvil en el bolso y salí de nuevo al jardín. Mi cara en esos momentos debía de ser un cuadro, por dentro sentía una rabia bien grande, aquel idiota se atrevió a hablarme, y peor, a pedirme para quedar con él, y aún peor que eso se me puso chulo con emoticonos de guiños. Le odiaba sí, en esos momentos le odiaba, eso o tenía un gran rencor hacia él acumulado. Jim estaba ya metido en el agua, en cuanto se percató de mi presencia me miró y me sonrió. 

—¡Ven, corre! 

—¡Voy! —Solté el bolso y el vestido en la tumbona, corrí hacia la piscina, y bajé las escaleras poco a poco.

Lo peor no era que el agua estaba fría, si no que no dejaba de pensar en Max, en el momento que nos cruzamos, en nuestra pequeña conversación por whatsapp, la verdad que por un momento sentí ganas de volver a verlo, pero pensando de nuevo en la conversación se me quitaron las ganas. 

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Bueno... ¿que os está pareciendo? ¿quedarán o no? ¿le contará a Jim su odio hacia Max?

Espero que os esté gustando la historia, y que con vuestros votos o comentarios me déis ánimos para seguir escribiendo porque últimamente pocas ganas tengo...

Gracias por leer, saludos :) 

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