Después de pasar toda la tarde en las piscinas con Brad, Megan y Jim nos fuimos de vuelta a casa. Primero Brad fue hasta la casa de mi prima y mía, para dejarnos allí a las dos, pero Megan me dijo que no me bajara, que esa noche no la pasaría en casa. Así que dejamos a mi prima y nos fuimos directamente a casa de Jim. Nuestro amigo nos dejó justo en frente de la casa de mi chico, y tras despedirnos de él nos quedamos a solas. Éste agarró mi mano y juntos entramos en su casa.
Al entrar en casa aquello parecía totalmente sacado de una película romántica. Todo el pasillo estaba repleto de velas rojas y con aroma a rosas, incluso los muebles que se encontraban cerca de la mesa donde estaba colocada la cena. En la mesa sólo había colocadas dos velas, junto a unos platos, unas copas y un vino que estaba en medio de ésta.
Me quedé fascinada, jamás me habría esperado algo así por parte de Jim. Sabía que era algo romántico, pero nunca a tal extremo. Me quedé mirándolo, sabía que por la forma en la que me sonrió mi cara debía de ser un cuadro en esos momentos, y eso a él le hacía gracia pues mi reacción había sido tal y como él la imaginaba. Dejó nuestras cosas sobre el sofá, y después juntos nos sentamos en la mesa para comenzar a cenar. Un mayordomo de cabello canoso y ojos claros apareció por la puerta del comedor, llevaba dos platos, uno en cada mano y los colocó frente a nosotros.
— ¿A qué viene todo esto, Jim?
— Me apetecía darte una sorpresa — respondió encogiendo los hombros mientras sonreía.
No pude evitar sonreír ante aquella respuesta. Me sentía cada vez más afortunada por tener aquel chico como novio, no podía ser más perfecto a su manera. Todavía no le había encontrado ningún defecto, aunque no lo conocía tanto como para saber qué defectos podía tener, pero no me importaban, yo era feliz con él y eso era todo lo que me importaba.
Una hora después terminanos de cenar y de tomar un postre realmente rico, helado de vainilla y yogurt con un par de fresas y un platano. Jim y yo nos levantamos de la mesa dejando al hombre allí solo para que recogiera todo. Me sentía un poco mal por aquel mayordomo, me habría gustado ayudarlo pero sabía que estaba trabajando y que ganaría dinero por hacer aquello, así que me sentí mejor por ello. Sabía a donde nos dirigíamos cuando subimos las escaleras hacia el segundo piso. Comencé a ponerme nerviosa cuando me di cuenta de que estábamos entrando en su dormitorio, sabía que era ahí donde nos dirigíamos pero no comencé a tomarlo enserio hasta que estaba allí dentro. El dormitorio estaba repleto de velas alumbrando todo, no le hizo falta ni encender la luz pues ya había la suficiente gracias a la iluminación de las velas. Él notó mis nervios cuando me vio allí quieta con la mirada fija en la cama, se acercó a mi decidido y cuando lo tuve frente a mi depositó un beso sobre mis labios. Me sentía un poco estúpida por no saber como actuar, tenía miedo de hacer algo que no le agradara o que le disgustara del todo, así que dejé que él llevara la iniciativa en todo. Agarró mis manos y caminamos juntos hacia la cama. Él fue el primero que se sentó sobre ésta, y segundos después me senté a su lado. El silencio se apoderó de nosotros en aquel momento, ni él ni yo decíamos nada, quizá porque no había nada que decir, sabía que yo era la primera con la que salió y él era el primer chico con el que salía. Decidí tomar un poco de iniciativa y me dejé caer sobre la cama. Jim enseguida reaccionó y lo tenía sobre mi antes de esperarlo. Tenía su boca demasiado cerca de la mía cuando logré decir unas palabras.
— Jim, yo... — susurré pero antes de terminar la frase éste me cortó.
— Lo sé, no te preocupes, yo haré todo tú solo déjate llevar.
— ¿Tú no estás nervioso?
— No, ¿Porqué iba a estarlo?
Aquella pregunta me dejó algo descolocada. Yo era la primera chica con la que salía, debía estar nervioso era lo normal en esos casos, sobre todo cuando vas a hacer algo tan importante con esa persona.
ESTÁS LEYENDO
Dime si me quieres
No FicciónAshley como cada año vuelve de vacaciones al pueblo de su madre. Llevaba dos años sin ir, ya que hace dos años fue cuando murió su abuela, y la casa se quedó vacía. Su prima Megan y ella van a pasar las vacaciones allí juntas. En ese pueblo vive su...