Red Skies

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      No podría ser más sospechoso...

Durante los dos últimos meses, casi todas las tardes a la misma hora, Mikasa se ausentaba hasta que cayera la noche. Ni siquiera sus dos mejores amigos de la infancia sabían hacia dónde iba: ella se iba sin decir nada. Aquel extraño comportamiento había incitado bastantes rumores acerca de sus ausencias. Algunos decían que iba a visitar a su novio, otros que simplemente ella iba a dar un paseo para desconectar un poco de todo, e incluso algunos aseguraban que ella tenía trabajo a tiempo parcial en alguna cafetería o tienda, aunque esto último resultaba bastante verosímil a quien lo escuchara, debido al carácter tan reservado que Mikasa solía tener con los demás.

Una tarde, Eren decidió seguirla para aclarar sus dudas, y posteriormente dispersar los rumores de la gente. Él la siguió escondiéndose detrás de los edificios y entre los callejones oscuros, sigilosamente. Eren había pensado en usar el equipamiento 3D, pero luego se percató que con el ruido del gas que ese equipamiento soltaba la alertaría y Mikasa lo descubriría en poco tiempo.

Lo que más le intrigaba a Eren era que ella caminaba tranquilamente por calles casi desérticas y con la capucha de su capa puesta. ¿Por qué se taparía la cabeza con la capucha? ¿Acaso no quería que la descubriera alguien?

-Esto es muy extraño... Buff... La curiosidad me está matando... -Eren murmulló, tan intrigado como celoso por el rumor de lo del novio. Él mismo se preguntaba por qué le desagradaba tanto la idea de que Mikasa tuviera novio. Mikasa era libre de salir con quien quiera, pero de algún modo los celos habían despertado en él, cuando en realidad Eren pensó que le daría igual.

Pero no. Con sólo pensar que Mikasa tenía novio a Eren le revolvía el estómago. Eren decidió olvidarlo, y la intriga volvió a apoderarse de él.

Su intriga era cada vez mayor con cada paso que daba, y más aún cuando la escuchó tararear una canción en voz muy baja en un idioma que no había escuchado en su vida, casi en un susurro:

Hatenu kawa ni te o sashi... Nagasou...

Omoi tsumeta koto no ha...

Ai ni somete...

Una hora después, ambos habían abandonado la ciudad, y en aquel entonces estaban en mitad de un bosque anaranjado e iluminado por la cálida luz del atardecer haciendo un leve contraste con la brisa fresca que sacudía la vegetación, cuyos aspectos mostraban la plenitud del otoño. Mikasa se había quitado la capucha y las hojas anaranjadas y secas de los árboles empezaban a adornar su cabeza, mientras que ella cantaba otra canción con un tono de voz más alto que antes, y con una sonrisa diminuta en su rostro, iluminado por aquella luz cálida y dorada.

When she was just a girl,

She expected the world...

But it flew away from her reach,

And the bullets catch in her teeth...

Life goes on, it gets so heavy,

The wheel breaks the butterfly...

Every tear a waterfall...

In the night the stormy night she'll close her eyes...

In the night the stormy night away she'd fly...

Eren quedó totalmente embelesado, tanto que decidió acercarse mucho más a ella para escucharla mejor, lo cual casi fue su mayor error. Cuando dio un paso apresurado, pisó una rama que soltó un gran crujido, cosa que alertó a Mikasa e hizo que mirase atrás suyo.

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