25.- inseguro.

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Lía.

- mida día, mi mamá me compdro una muñeca que habla.

La pequeña Anays saltaba feliz mostrándome todos los juguetes que su madre le había comprado además de fantasear en su nueva habitación.

Nora se había cambiado hace sólo una semana y me había ofrecido a ayudar en su mudanza. Me alegraba tener a Nora cerca una vez más, ella siempre a sido como mi hermana y aunque ya entendí que lo que paso con su bebé no fue mi culpa de igual manera sentía que le debía algo.

- yo también te traje algo.- los ojos de Anays me miraron con ese brillo especial esperando el regalo.

Le extendí la caja que traía y sonriente comenzó a abrirlo. El pobre papel de princesas en el que estaba envuelta la caja sufrió toda la euforia de una pequeña niña de tres años recibiendo un regalo.

- ¡mamá! ¡Mida! Un disfraz de Mulan.

- está hermoso princesa.

Mientras otras niñas soñaban con cenicienta, Bella y Aurora la hija de Nora sólo quería luchar contra los malos igual que Mulan.

Anays pidió probarse el disfraz y con una espátula de postres como espada salió en busca de los Unos... que eran sus osos y cachorros de peluche...

El nuevo departamento de Nora era mucho más grande y bonito. Era mejor en todo los sentidos al departamento de los suburbios donde siempre vivió, este tenía tres habitaciones una cocina americana, comedor y Living además de un balcón y estaba en el mismo barrio que el departamento de la Señora Park, de hecho en el edificio de enfrente.

Era genial que Nora se hubiese superado, su tienta de ropa era una de las mejores de la ciudad, había escuchado a varias chicas del instituto decir que gastaban verdaderas fortunas en su tienda, además que los diseños propios de Nora se estaban haciendo conocidos entre las señoras de la alta sociedad. Ella estaba cumpliendo su sueño de ser diseñadora, recuerdo su cuarto lleno de dibujos con sus creaciones aún siendo una niña, y lo feliz que estaba cuando mi papá le regaló una maquina de coser cuando fue contratado por el Señor Park.

- gracias Lía, no se porqué pero está obsesionada con Mulan.

- me di cuenta cuando entré en su habitación la última vez ¡incluso tiene una figura del general Chang!

- ni lo menciones, no sabes cuanto me costó encontrarla.

Me río al ver la cara de frustración de Nora que parecía recordar lo que hizo para conseguir la figura. Pero su cara cambia de inmediato al ver a su hija reír y saltar, sus ojos se iluminan y su sonrisa se dulcifica. Era la misma sonrisa que ponía mamá cuando veía mis dibujos de casas y después mis construcciones con bloques.

La extraño.

De hecho extraño a mis padres, recuerdo perfectamente el día en que salieron con el señor Park, papá se despido de mi con un beso en la frente, cosquillas en mis costillas y un "te quiero princesa", mi mamá cambió mi ropa por un lindo vestido que había comprado para mi, hizo una cola con mi cabello rizado, besó mis mejillas y me pidió que me portará bien con Luisa que se quedaría conmigo. Ambos subieron al auto después de que lo hicieron el Señor Park y su hijo, Andrew estaba a mi lado y tomó mi mano cuando por alguna razón quise salir corriendo tras el auto. Esa fue la última vez que los vi, mis padres me habían dejado sola y no tenía a nadie en este país, mi única familia era un tío, hermano de mi padre que no había visto nunca en mi vida y que vivía en Italia. Solo días después llegó la hora de irme de esa casa a un hogar para menores sin familia hasta que ese desconocido tío llegara para llevarme con él, pero cuando me iba con la trabajadora social y unos policías la señora Park y Erick llegaron con los papeles listos para poder quedarme con ella, de alguna manera habían obtenido la firma de mi tío quien le cedió el total de mi custodia. Estaba feliz por que al menos no me iría de esa casa, Robert y Liz en algún momento quisieron adoptame pero la Señora Park dijo que me quedaría con ella, que ella sería mi madre desde ahora. Siempre he pensado que lo hizo porque se sentía culpable.

Beso FrancésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora