Ella no es normal...
Zeika es una muchacha de 18 años, muy triste y solitaria que no sabe exactamente qué rumbo da su vida, atormentada por recuerdos del pasado que no la dejan vivir bien. Sin una madre que la acompañe, sino solamente su padre y s...
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En las colinas de una misteriosa ciudad, al sol brillante, el viento llevándoselo todo y una risa infantil muy cálida que se escuchaba desde lejos... vivía una preciosa niña de 6 años, muy sonriente, en su casa jugando con sus muñecas, siempre soñó con tener una colección completa, pero solo tiene dos, dos simples muñecas de trapo llamadas Susy y Anna, las cuales ella valora mucho por ser las únicas que tiene. En su pequeño y obscuro cuarto de paredes rasgadas. Allí se encuentra, jugando mientras espera a su madre, a pesar de que la mujer casi ni le presta atención por tener la cabeza metida en otras cosas...
Alguien abre la puerta de su pequeño cuarto, y es su padre, un hombre alto, de buen carácter y un aspecto bastante deprimido.
-Hola papi.-la niña va corriendo a saludarlo.
-Hola mi amor... ¿cómo estás?
-Muy bien... mira, he peinado a Susy y a Anna igual que yo.-las señala mientras se observa que le ha hecho a las muñecas el mismo peinado que tiene ella.
-Oh, qué bien, mi vida.
-Oye papi.
-¿Sí? -responde esperando la pregunta de su hija.
-¿Dónde está mami? Llevo mucho tiempo queriendo saber de ella, ya hace varios días que no la veo...
-Oh... tu mamá, de ella te quería hablar.
-Oh... genial.-acto seguido se sienta en las piernas de su padre muy dudosa acerca de su madre. -¿Dónde está?
-Pues... hijita... tú sabes que las personas con el tiempo cambian ¿no?
-Ajam.
-Bueno... la vida no es tan linda como se muestran en las caricaturas que sueles ver.
-¿Qué quieres decir papá? Quiero saber de mi mamá.
-Zeika... amor... tu mamá ya no estará aquí con nosotros.
-¿Qué? ¿Por qué? ¿Acaso se fue al cielo? –la linda y resplandeciente sonrisa de la pequeña se borró por completo al escuchar las palabras de su padre.
-No... pequeña... ehh. –empieza a balbucear. –Tu madre se fue... pero no al cielo.
-¿Se fue de la casa? ¿Acaso tuvo algún problema?
El padre asiente con la cabeza.
-Pero... ella no me quería, papá... si me hubiera querido jamás me hubiera dejado sola.- los ojos de la pequeña Zeika se llenan de agua por lo ocurrido.-No puede ser.
-Tranquila mi amor... no llores más. Yo jamás te dejaré sola...eso asegúralo.