Capítulo 1- El inicio de la realidad

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En las colinas de una misteriosa ciudad, al sol brillante, el viento llevándoselo todo y una risa infantil muy cálida que se escuchaba desde lejos... vivía una preciosa niña de 6 años, muy sonriente, en su casa jugando con sus muñecas, siempre soñó con tener una colección completa, pero solo tiene dos, dos simples muñecas de trapo llamadas Susy y Anna, las cuales ella valora mucho por ser las únicas que tiene. En su pequeño y obscuro cuarto de paredes rasgadas. Allí se encuentra, jugando mientras espera a su madre, a pesar de que la mujer casi ni le presta atención por tener la cabeza metida en otras cosas...

Alguien abre la puerta de su pequeño cuarto, y es su padre, un hombre alto, de buen carácter y un aspecto bastante deprimido.

-Hola papi.-la niña va corriendo a saludarlo.

-Hola mi amor... ¿cómo estás?

-Muy bien... mira, he peinado a Susy y a Anna igual que yo.-las señala mientras se observa que le ha hecho a las muñecas el mismo peinado que tiene ella.

-Oh, qué bien, mi vida.

-Oye papi.

-¿Sí? -responde esperando la pregunta de su hija.

-¿Dónde está mami? Llevo mucho tiempo queriendo saber de ella, ya hace varios días que no la veo...

-Oh... tu mamá, de ella te quería hablar.

-Oh... genial.-acto seguido se sienta en las piernas de su padre muy dudosa acerca de su madre. -¿Dónde está?

-Pues... hijita... tú sabes que las personas con el tiempo cambian ¿no?

-Ajam.

-Bueno... la vida no es tan linda como se muestran en las caricaturas que sueles ver.

-¿Qué quieres decir papá? Quiero saber de mi mamá.

-Zeika... amor... tu mamá ya no estará aquí con nosotros.

-¿Qué? ¿Por qué? ¿Acaso se fue al cielo? –la linda y resplandeciente sonrisa de la pequeña se borró por completo al escuchar las palabras de su padre.

-No... pequeña... ehh. –empieza a balbucear. –Tu madre se fue... pero no al cielo.

-¿Se fue de la casa? ¿Acaso tuvo algún problema?

El padre asiente con la cabeza.

-Pero... ella no me quería, papá... si me hubiera querido jamás me hubiera dejado sola.- los ojos de la pequeña Zeika se llenan de agua por lo ocurrido.-No puede ser.

-Tranquila mi amor... no llores más. Yo jamás te dejaré sola...eso asegúralo.

-Papá...

-Te quiero mucho, no llores más por favor.

Mi demonio internoWhere stories live. Discover now