Eran las cinco en punto y Alison se encontraba junto a sus compañeros de misión, Devin McAlister, que hasta hacía unas horas era su ex novio, Philip Stuart, el segundo marine que habían elegido para la misión, y siete agentes especiales que Alison acababa de conocer. David Strahan, Felix Perez, Viktor Kretanov , Bryan Scotfield, Greg Zimmers, Oliver Martinez y Samuel Drikon.
A Ali le habían parecido todos muy simpáticos y jóvenes, al parecer el más mayor era Samuel Drikon que tenía treinta y un años, los demás se mantenían entre los veinticinco que tenían Alison y Philip y los veintisiete de Devin que después de Samuel era el mayor.
-Bueno, ¿Estáis preparados?- preguntó el Coronel Simmt entrando por la puerta.
Devin asintió en nombre del grupo, acto seguido todos le siguieron y como niños obedientes asintieron también.
-Está bien. Conocéis el plan a la perfección ¿no?. Os venía explicado en los chips de información que os entregamos.-
Alison había estado revisando el plan unas cincuenta veces antes de ir allí. Felix, iría al mando de la nave y evacuaría de madrugada al resto en el desierto de Helghan, al parecer el imperio había tenido un problema con sus misiles de arco y habían tenido que desactivar los del desierto. Era prácticamente imposible que se percataran de la llegada de una nave invasora y iban a aprovecharse de ello. Una vez en tierra debían recorrer en menos de media hora el desierto hasta llegar a Pyrrus, al pabellón donde se encontraba el agente biológico.
-Está todo controlado coronel.-respondió Devin.-Mis hombres saben a la perfección lo que tienen que hacer.-
-Perfecto Sargento McAlister. Buena suerte.-dijo el coronel saliendo de la habitación.
Devin cogió su equipo, sus armas e instó a sus subordinados a que hicieran lo mismo.
-Cuando crucemos esta puerta.-dijo señalando el enorme portón que daba paso al pabellón de las naves. -Comenzaremos una misión importante y no habrá vuelta atrás. Si alguien se arrepiente ahora mismo de haberse alistado para esta misión que de media vuelta y salga por la puerta por la que el coronel se ha marchado.-
Todos permanecieron en sus puestos, con su equipaje y armas preparadas.
-¡Execelente!- dijo Devin con una sonrisa en el rostro.-Vamos a infiltrarnos en ese planeta de hijos de puta.-
Alison se sentó justo al lado de Philip. El pobre estaba temblando y parecía no tener buen aspecto.
-¿Ocurre algo?-preguntó la joven.
-Tengo miedo a las alturas.-le respondió tartamudeando el chico.
Alison le pasó el brazo por el hombre e intentó calmarlo.
-Tranquilo, no pasará nada. Lo harás muy bien. Estamos capacitados para ello por eso nos han elegido a nosotros.-
-No es verdad.-dijo el joven. -Somos los únicos marines que se presentaron.-el chico se frotó las manos con nerviosismo.-Me arrepiento de haber hecho caso a mis padres. Yo no quería venir a esta misión.-
Alison se quedó atónita. ¿Los únicos marines? ¿La habían escogido por qué no se había presentado nadie más? Alison no le hizo ni caso a su atemorizado compañero y rápidamente se acercó a Devin.
-¿Me han cogido por qué no había nadie más?-le dijo molesta.
-¿Qué?-preguntó desconcertado el joven.
-Stuart me ha dicho que nos eligieron a mí y a él porque eramos los únicos que se habían presentado.-
-Es posible.-respondió Devin.