El lunar

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"Yo tengo un lunar que quiero me dibujes", me dijiste sugiriendo con tus ojos algo más que eso. Mientras preparaba mi cuaderno donde bocetaba con prisa la imagen de tu cuerpo altivo, te desnudaste sin recato. Pensaba sólo en la sugerencia de tus ojos y comencé a acariciar tu cuerpo en el dibujo que salía del papel hasta terminar con líneas trémulas y sombras agresivas el retrato del lunar que prometía un premio a la labor del artista.

Complacido miraste la obra mientras mis manos dibujaban sobre tu piel un deseo que no tardaste en premiar efusivamente, regalándome un momento de lujuria apasionada que duró hasta los primeros rayos de luz del nuevo día.

Cerré los ojos y comencé de nuevo mi vida verdadera, quedando de ti tan solo un dibujo y el calor de tu cuerpo a un lado de mí ... en mi cama.

Para ti con amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora