Clímax

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Te recargaste dulcemente sobre mi hombro. Yo posé mi mano sobre tu corazón, que aún latía acelerado mientras recuperabas el ritmo de tu respiración.

En mis oídos aún sonaban los jadeos lascivos que unidos a los míos anunciaban el clímax de aquel intercurso que terminó al mismo tiempo: yo dentro de ti y tu sobre ti mismo.

Y así permanecimos largo rato hasta que el despertador sonó recordándonos que era tiempo de partir, solo quedó la promesa de otro encuentro y el recuerdo de ese que fue.

Para ti con amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora