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Capítulo 11.
~ Tengo que verlo~

Pov Andre.

Dios, ¿por qué tarda tanto? Se supone que su avión aterrizó hace 10 minutos, pero Klaus no ha salido de el. Tengo un hambre feroz, aunque tecnicamente acabo de desayunar hace como una hora, pero se me antojo una hamburgesa con doble queso... ¡Dios! ¡que hambre!
Soy sacada de mis pensamientos por alguien que me esta sacudiendo por los hombros, le iba a decir cuál diablos era su problema cuando note que era Klaus; ¡por fin!

— ¿Por qué tardaste tanto? — le dije con los brazos cruzados.

— Me quede dormido — me mira con vergüenza y yo me rió sin querer —, una azafata me desperto al darse cuenta de que yo seguia ahí cuando todos ya habían salido.

Me rió sin parar. — Estas cosas solo te pasan a ti.

Se encoge de hombros y me toma de la mano.

— Vamos a casa — me sonríe y me da un pico en los labios.

— Okay.

                         ......
Llegamos a casa después de haber ido a comer en un Burger King. Si que tenía hambre.
Me voy directo a la sala y me siento en el sillón.

— Klaus, te tengo que decir algo.

Se sento a mi lado en el pequeño sillón de la sala.

— ¿Es referente al porque Teddy no esta aquí?— asiento y lo tomo de la mano. — Vale, dime.

— Solo no te vayas a enojar — dije con la cabeza agachada.

— No lo hare — me aseguro.

— Vale — me aclare la garganta y le dije en un susurro — Teddy esta con Jamie.

— ¿Qué?— se levanto de golpe y me fulmino con la mirada — ¿Por qué mierda esta con Jamie?

— Se entero de lo de Teddy. No sé como, pero lo hizo y me pidió una explicación y pues se lo dije todo.

— Dios, Andre.

— Y pidio ser parte de la vida de su hijo. No se lo podía negar. Esta en su derecho.

Klaus se sento a mi lado después de tranquilizarse durante unos minutos.

— Bien — suspiró— tienes razón. Pero no quiero que este tanto tiempo contigo— lo mire confundida — él es tu pasado y sé que aún lo amas— lo miro sorprendida —; no soy estúpido, desde que llegamos a Nueva York estas muy distraida y recuerdo cuando eramos adolescentes te ponías así por él.

Dios, ¿por qué era tan obvia? Siento las lágrimas quemando en mis ojos. No debo llorar. No puedo llorar.

— Tienes razón, pero ahora estoy contigo.

Toma mi cara entre sus manos y me besa, le sigo el beso por compromiso, porque en este momento solo puedo pensar en Jamie y en lo que hicimos hace unas horas. Dios, me siento una completa perra.
Nos separamos por la falta de aire y el sonríe satisfecho.

I Still Love You ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora