~ 18~

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Capítulo 18.
~Razón~

Pov Jamie

Llego a un pequeño motel a las afueras de la ciudad y pido una pequeña habitación para pasar la noche.
Al entrar a la habitación de inmediato me recuesto en la diminuta cama y me pongo a pensar en lo reciente ocurrido.

Sé que lo que hice con Andre no fue lo mejor, pero para mi ya era hora. Cada vez que estaba con ella después de haberle hecho el amor, que estabamos descansando, sentía la necesidad de liberarme de su abrazo e ir al bar de la esquina a beber y liberarme un poco, pero llegaba mi maldita conciencia y me recordaba que debía ser fiel, yo no soy una persona infiel, de hecho, odio a ese tipo de personas, pienso que si hablas con tu pareja con sinceridad y le dices lo que sientes es lo mejor. Y eso fue lo que hice, lo ideal es que la deje hacer su vida, soy sólo un muro que le estorba, no quiero ser un estorbo. Esto no es lo que necesito, pensé que lo sería, que amar tanto a Andre funcionaría, pero no lo fue, y no saben cuanto lo lamento, porque en serio quería pasar una vida a su lado, pero tal vez mi vida sea sexo, mujeres y alcohol.

Comienzo a recordar la conversación que tuve con Andre sólo hace una hora, la manera en que me dijo que por mi culpa perdió todo lo que quería, y lo sé, claro que lo sé, y me arrepiento como los mil demonios, desearía no haberlo hecho, para no verla sufrir ahora, pero lo hecho hecho esta.

Unos instantes después caigo en los brazos de morfeo y así me olvido un poco de mis problemas.

(...)

Iba a tocar la puerta de la entrada cuando recorde que es mi casa y que tengo una llave.

Joder contigo, Jamie.

¿Qué diablos...? ¿Quién eres?

Tu conciencia, idiota. Además, no estoy tan feliz contigo por haberle hecho eso a Andre.

Es lo mejor...

Después de eso mi conciencia desaparecio, tal vez cabreada conmigo.

Entro a la casa y comienzo a gritar el nombre de Andre, pero lo único que me responde es el silencio.

¿Ya se habrá ido?

¿Ya me dejo?

Subo lentamente las escaleras y me dirijo a nuestra recámara donde empiezo a buscar su ropa en el clóset y no la encuentro.

Mierda, me ha dejado.

¿No era eso lo que querias?

Y ahí viene mi conciencia inoportuna a decirme la verdad.

Sí...

Me dirijo al cuarto de invitados, lo encuentro con cuatro maletas en él.
Bueno, no me ha dejado, pero lo va a hacer.

Mierda, mierda, joder... Y ahora... ¿Qué hago?

Ya sé que había dicho que la dejaría ir, pero ahora no estoy tan seguro.

Escucho el timbre sonar una y otra vez, pero sin importarme bajo lentamente y abro la puerta de igual forma encontrandome con... ¿Tamara?

I Still Love You ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora