Una de las mejores sensaciones es cuando tu mano y la de esa persona a la cual quieres se empalman y sientes una revolución de emociones.
Era un día como cualquier otro, un día más en el que yo vivía envolviéndome de él, de su personalidad interesante y adictiva.
Íbamos conversando temas totalmente tontos; recuerdo que había comprado un chocolate y rara vez me gustaba comerlo frente a él, siempre me ha dado pena comer algo cuando las personas me ven y más que nada cuando el chico que me gusta me está viendo. El caso es que transitábamos por las escaleras para ir al segundo piso, él iba un grado más que yo, su aula se encontraba a distancia de la mía; cuando llegamos a un espacio donde no había tantas personas pues yo me disponía a irme a mi salón, pero, sentí la necesidad de que tenía que averiguar algo ese día, mi meta era descubrir diario algo nuevo acerca de él... Me decidí por preguntarle sobre algo que se me ocurriera al instante, pero, lamentablemente es que cuando estaba sola con él... cualquier pensamiento o idea que tuviera para decirla se borraba, desaparecía en el momento en el que él clavaba su mirada en mí, al parecer, comenzaba a tener autoridad sobre mis emociones.
Cuando ambos apartamos la vista...volví a ser yo, y decidí que era mejor irme e intentarlo al día siguiente, pero, ese chico si que sabía ponerme en apuros; me quitó mi chocolate que había estado guardando para comerlo en el momento adecuado, jajaja, y sí, como era mi costumbre conseguir nuevamente mis cosas, fui detrás de él y logré conseguirlo después de haber entrelazado mis manos con las de él... quizás por error... quizás por gusto... no lo sabía... pero lo que si sabía era que había sido una de las mejores sensaciones que había vivido con alguien totalmente seco a como era yo.
Y fue entonces cuando me dí cuenta que necesitaba una porción de él, todos lo días.
