ESTA SOY YO

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¿Alguna vez te has sentido invisible? ¿has tenido la sensación de que nadie te ve o de que pasan por encima tuyo? Pues bien, así es mi vida. Yo soy una de esas personas invisibles para todas las demás y solo luzco o reaparezco en la vida cuando hay algo que produzca burla en mí.

No me quejo del aspecto físico, aunque acepto no ser una estrella de cine, pero creo estar dentro de la enorme franja 'promedio' en cuanto a estándar de belleza se refiere.

¡Ah! Me había olvidado de presentarme, soy Eulafilomena, y sí, mi nombre no me ayuda mucho, pero esperen a oír mis apellidos Pinto Paredes. ¿En qué rayos estaban pensando mis padres para ponerme ese nombre? y, lo más importante, ¿no pensaron en las repercusiones que traería tener una hija con la combinación de ambos apellidos? Bueno, como soy una chica positiva y generalmente veo el lado bueno de las cosas, no conozco a nadie más con un nombre como el mío; así que esa ya es una ganancia.

Vivo con mi abuela, la abuela Pamela Toledo, ella dice que soy todo un desastre y un dolor de cabeza, pero en realidad ella es mi dolor de cabeza. Bueno, acerca de mi abuela no hay mucho que decir, excepto que es una mujer traumada después de que su quinto matrimonio fracasara. Le gusta ir al bingo los jueves por la noche y todo el domingo sale con sus amigas a hacer sus apuestas y a jugar cartas. No es más que una vieja parrandera que, a pesar de todo, se preocupa por mí y me ama más que a nadie.

Suficiente con mi abuela, ahora pasemos a mis amigos. ¡Ajá!, los atrapé, pensaron que no tenía amigos ¿no? Seré invisible para muchos, pero no antisocial. Uno de mis amigos es Juana María, no es para nada callada, solo le toma 3 segundos para conocer a una persona y entablar una conversación, aunque la otra persona no diga ni una sola palabra, porque Juana María no la deje, ella afirma, con gran convicción, que es así como se debe conversar con una futura periodista; vive en su mundo.

Luego está Miguel Ricardo, le decimos Ricardo, porque Miguel no le gusta... ups les dije uno de sus secretos; bueno, la verdad es que Ricardo nunca se enoja conmigo, dice que enojarse solo trae malos recuerdos y que conmigo solo quiere guardar los más lindos. Aunque no lo ha demostrado con pruebas concretas, JM, que es como llamamos a Juana María (antes le decíamos JM, así como suena en castellano, pero ahora lo hacemos pronunciando sus iniciales en inglés, que suena como Yeiém) le decimos así luego de que en la clase de inglés el profesor nos pidió que nos presentáramos y, bueno, ella lo hizo diciendo sus iniciales en inglés. Tardó un poco en acostumbrarse, pero creo que ahora le gusta, en fin, ella dice que a Ricardo le pasan cosas conmigo, yo lo dudo, JM saca conclusiones de problemas que solo ella y su mente crean.

Para que se den cuenta del desastre natural que soy, me voy a describir cómo voy al colegio o a cualquier otra parte. Empecemos por la cabeza, tengo un cabello que no se decide si ser crespo, lacio o esponjoso, mi nariz es un poco curveada, pero nada fuera de lo común, mis ojos son pequeños, salí premiada con mis cejas, ya que no necesitan depilación. Por mis dientes no me quejo ¡gracias a Dios salieron rectos!. Soy de una estatura media para una chica de 15 años, es decir, mido aproximadamente 1,65 y peso unos 55 kilos.

Sin más remedio que conformarme con lo que soy, digo la frase que repito todos los días, menos cuando estoy resfriada.

— Espero al menos pescar un resfriado ahora ja, ja, ja.

— ¡Eufi!, vas a llegar tarde otra vez, ¡apúrate! —me gritó la abuela Pam desde la cocina.

— ¡AHH! Pero ahora nadie tiene tiempo para hablarse a sí mismo ¡che! —dije mientras tomaba mis cosas para irme al colegio.

— ¡Chau querida! —me dijo la abuela Pam, quien levantó la vista del periódico que estaba leyendo, tenía los clásicos lentes de lecturas, pequeños, en forma de media luna y casi en la punta de la nariz— mi amor, por lo menos maquíllate un poco —me dijo mientras yo salía de la casa.

— Chau abuela, se me hace tarde.

Eufi, el secreto mejor guardadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora