Capítulo 6

7 1 0
                                    

Casi podía ver la ilusión que atravesó sus ojos como una estrella fugaz cuando dije esas palabras.

Mis palabras no eran ciertas. Al menos no del todo.

Estaba dispuesta a hacer que se viniera solo con los sonidos que saldrían de mi habitación, su imaginación haría el resto.

Yo no estaba segura de poder moverme de ahí. A pesar de que aparentemente yo estaba controlando la situación puedo asegurar que estaba igual de nerviosa que ella.

Alterada. Envuelta. Atrapada.

Eso lo pude sentir.

Mis sentidos entumecidos por las caricias de su aliento cerca de mi cuello. Mi tacto se fundía en cada una de las caricias en su suave piel. La forma en que se estremecía con eso.

Ella era incapaz de negarse a mí pero para mí era imposible separarme.

Joder, necesitaba mucho más que esto.

Antes de perder el control por completo me aparté. Esta no era su noche, no de esta manera.

Carraspeé.

- Aquí tienes tus bragas. - las solté en su mano. Ambas nos recomponíamos, fingiendo que nada había pasado. Tragué saliva ya que mi voz parecía no tener fuerza para salir por mi garganta. - puedes ducharte, comer o hacer lo que quieras, tan solo no me des problemas. Ah y puedes dormir en la habitación de invitados que está al fondo del pasillo.

Mi mirada clavada en el suelo y mi voz apenas audible. ¿Qué me estaba pasando? Esa chica podía intimidarme como nunca nadie lo había hecho, me llevaba a mi versión más débil con solo miradas.

- ¡Oh gracias, qué considerada! - escupió sarcásticamente.

- Todo un placer, señorita. Que disfrute de la estancia.

Me marché dejándola con la palabra en la boca cuando mis fuerzas ya no daban para más. No estaba segura de mis límites pero sé que estaba a muy poco de sobrepasar cualquiera de ellos si seguía mirándome con esos ojos.

El punto ahora es que yo no soy una chica que se enamore, no soy de nadie ni soy buena para nadie. Soy una maravilla en pequeñas dosis así que intento que nunca nadie me tenga del todo.

Ahora Keana tendría una parte de mí por esta noche, se lo había ganado a pulso. La había hecho esperar demasiado lo cual no era nada nuevo en nuestra extraña relación pero aún así me hacía replantearme la clase de mierda que soy para una mujer como ella.

Además sentía la imperiosa necesidad de sacarme esta estupidez con Camila de la cabeza. Necesitaba desquitarme de esta rabia interna por haber sucumbido a sus encantos cuando ni siquiera ha sido su intención que esto ocurriera.

Había llegado el momento de demostrarle de lo que soy capaz y honestamente, me apetecía muchísimo disfrutar esta noche.
Era la idea que tuve nada más verla en el bar. Mi propósito desde que nos subimos en el coche hasta que me encontré con la desagradable situación en mi cama ha sido el de llevármela a la cama.

Debo admitir que a pesar de toda nuestra historia y de mis rechazos o de que la sustituya sin problema alguno, tener sexo con Keana era una auténtica maravilla.

Hacían falta más que unas miradas o caricias de Camila, mucho más que la tensión existente entre ambas y mucho más que las ganas de darle un beso pasando por mi cabeza cual estrella fugaz para hacer que deje de desear estar con Keana ahora mismo.

Al abrir la puerta, su mirada lasciva y su pose invitándome a olvidarme de todo me sacó de mis pensamientos.

Esto fue solo el principio de una noche muy larga.

Hard to change (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora