Capítulo 19

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Limones dulces

"Así que eres un ángel..."

La comezón que sentía en su nariz lo obligó a abrir los ojos para toparse con una maraña de cabellos rubios sobre la almohada. Los apartó un poco con suavidad y vio su delicado rostro durmiendo complaciente. No pudo reconocerla desde un primer momento, así que levantó ligeramente la única sábana que los cubría y debido a esas formas, esos pechos, las caderas y sobre todo, la piel, supo que era Mawson. Lo que lo enfadaba era no poder recordar cómo había llegado hasta allí.

"Así es. Y supongo que tú eres un vaquero..."

La noche había sido tan pesada que no recordaba nada de lo vivido en aquel lugar. Había llegado, había dado una vista panorámica a toda la discoteca y luego, ¿qué había sucedido? Se había topado con Marks y después... Había despertado en su propia cama con una chica desnuda a su lado. Un ronroneo lo sacó de sus reminiscencias, a lo que hubo de girarse hacia ella. Abría los ojos con lentitud y por algún motivo, no parecía tan desubicada como él.

"Supongo..."

Mawson se sentó sobre la cama, cubrió su pecho con las frazadas y dio un profundo bostezo antes de perderse en las cortinas que bailaban al son del viento de las ventanas abiertas de par en par. Harley dejó caer su cabeza sobre la almohada y cubrió parte de su rostro con su brazo antes de que ella se girara hacia él y esbozara una media sonrisa.

"¿Bailarías?"

Una suave ventisca ingresó a la habitación moviendo los cabellos de Mawson hasta cubrir parte de su rostro de nuevo. Harley se sentó casi de un brinco para quedar a solo unos centímetros de ella, entonces ya no supieron de quién era tal o cual aliento, solo que estaban desnudos en la misma cama. Qué importaba el resto. 

"Yo no bailo..."

Mawson se acercó a la oreja de Wood y con una juguetona sonrisa en los labios le susurró: "Esta es tu casa, ¿no?" Harley, con un pobre humor mañanero, no tardó en contestar con un volumen normal en su ronca voz matutina: "No, pero vivo aquí por ahora". Una ligera corriente de aire los rozó en la espalda produciendo que ambos se estremecieran.
"Esta es la primera vez...", sonrió ella al mirar de lado en la habitación. Luego soltó una breve risa y cubrió parte de su rostro al tomarse una mejilla.

"¿Ni siquiera conmigo? Solo esta noche..."

"No me digas que es tu primera vez y..." "No", ella interrumpió, "pero es la primera vez que lo hago con alguien que quiero". Harley parpadeó un par de veces, la volvió a mirar, apretó la mandíbula y bajó la cabeza. Recién entonces sintió vergüenza. "No me malinterpretes, no es que te quiera, pero sí quería hacerlo aunque no debía", aclaró un tanto incómoda. "Eso tiene más sentido pero me deja pensando... Quién te forzaría a hacerlo", ladeó su rostro. "Nadie me fuerza a nada", soltó y llevó sus pies sobre la alfombra buscando sus zapatos. Al encontrarlos, se puso de pie sin tener ya nada que la cubriera, por lo que Harley no evitó seguirla con los ojos.

"Quizá... podría intentarlo..."

En el suelo se hallaban regadas las ropas de ambos muchachos, sin el menor pudor se lucían los interiores, así como los disfraces de vaquero y ángel, las alas y el sombrero estaban al pie de la ventana. Mawson se colocó su trusa y su sujetador delante del chico, quien se limitaba a observarla en completo silencio, ella lo ignoraba hasta que se hubo de subir sus medias.
"Harley, tú...", suspiró. "Qué", contestó él. Ella tomó aire antes de girarse para verlo de frente, torció su sonrisa y ladeó la mirada antes de seguir. "A ti te gusta alguien, ¿no?" "¿Otra vez dije nombres dormido?", preguntó saboreando la rutina. Ella asintió. Él resopló. "No es así... Aunque quisiera, no puedo sentir, Mawson...", confesó llevando una mano a su desordenado cabello.

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