Maybe I'm addicted to him {Niam Hot}

     Aquella noche, Liam no se encontraba predispuesto a abandonar mi casa e irse a la suya, dado que las copas de más lo habían adormecido, y se encontraba tirado en mi sofá, negándose a irse.

     Conozco a Liam desde que tengo uso de memoria, siempre ha sido un gran amigo –un poco cabrón– pero un amigo al fin y al cabo.

     Yo vivía solo en mi casa. Era pequeña para dos personas, por eso siempre me negaba cuando Liam me insistía a quedarse a vivir conmigo. Bueno, por eso, y por otros temas aparte.

     Apenas acababa de cumplir los veinte años. Seguíamos de celebración, aunque habían pasado ya días, cualquier cosa era un motivo para salir de fiesta, o montárnosla en mi propia casa.

     Liam siempre había tenido más aguante para estas cosas. Yo, sin embargo, me cansaba enseguida y le rogaba volver a casa. Él se quejaba, diciendo cosas como que parecía un crío, que no aguantaba nada, o que jamás volvería a sacarme de fiesta. Pero al final se acababa rindiendo y acompañándome. Esas noches solíamos dormir juntos.

     Ocurrió entonces esa noche, que yo lo vi allí, gimiendo o susurrando mi nombre, pidiéndome que durmiera con él. Yo quería que se fuera. Mi mente estaba muy confusa, así que sabía que lo mejor era acabar con el problema de raíz. Lo pretendí echar de casa, pero, al verle tan débil tirado en el sofá, simplemente no pude.

     Lo agarré de un brazo y tiré de él para arrastrarlo a la cama. Él gruñó, pero no abrió los ojos. Lo tumbé sobre ésta y lo arropé con las sábanas.

     –Te quiero Niall –masculló casi ininteligiblemente.

     –Lo sé Liam. Ahora duerme, has bebido mucho.

     Él asintió y cayó en un profundo sueño del que no despertaría hasta el mediodía, justo cuando acabé estas palabras.

Sabía que ese “te quiero” había sido amistoso, o su forma de darme las gracias. Lo debería haber supuesto, pero entonces estaba muy confuso, tenía mis pensamientos desordenados y mi mente era un lío. No se me ocurrió más que tumbarme en la cama a su lado, para ver cómo me abrazaba mientras él dormitaba, por la mañana cuando me desperté.