2. Cambios...

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(Como siempre pido prestados
las personificaciones
de los lindos , sexys hermosos
personajes
de Nakamura para escribir
una historia propia)

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Akihiko no supo complementar algo en específico quedándose en silencio, trago en seco y el ambiente era demasiado pesado para ser verdad solo cuando un mayordomo ingreso avisando de la cena.

- Pasemos al comedor asi...-

En cuestión de segundos el de hebras platinadas se aproximó al castaño tomándolo del cuello, levantándolo unos centímetros del suelo bajo la mirada sorprendida incluso de la servidumbre, Haruhiko iba hacer a interferir pero Misaki lo detuvo con la señal de su mano.

- Bájame - hablo sereno a pesar de que su cuello estuviera siendo dañado por la misma ropa.

- ¿¡En qué demonios te has convertido!? - hablo con cierto repudio - ¿¡Que has hecho del Misaki QUE YO CONOCIA!? -

- Ese Misaki simplemente se dejó atrás, en el olvido y abandono - a pesar de que viera en su mirada esmeralda una emoción sin decirle mucho sobre su sentir, había algo que le decía que ese chico radiaba tristeza.

Haruhiko mirando la escena reteniendo su propio cuerpo ante la petición de Misaki, sabía que los recuerdos se mantenían en el muchacho haciendo que las heridas se abrieran de nuevo, no lo permitiría revivir aquellos trágicos escenarios.

- ¡Ya basta! - no aguanto más y aparto al hombre haciendo que el castaño cayera al suelo - ¡Yo no cenare en esta casa, me llevo a Misaki fuera de aquí! -

El hijo mayor de los Usami se inclinó delante de Misaki revisando que estuviera bien.

- Haruhiko tenemos la reunión mensual mañana, sabes que las faltas no están permitidas - hablo Fuyuhiko.

El mencionado solo ladeo su rostro con toda intención de callar a su padre de no ser por la repentina presencia de un conocido...

- ¡HOLA! ¡BUENAS NOCHES! - ingreso un chico de cabellos y ojos canela alto, peinado juvenil y rebelde con una sonrisa clavada en el rostro cual modelo de revista, cuando noto el ambiente tenso intento parecer algo formal - Ammm... Vengo de parte de Kisa-san - quien venía con una camisa blanca, una chaqueta café abierta y vaqueros rasgados.

- Yukina... - Misaki fue el primero en decir algo mientras se levantaba del suelo.

- Hola Joyita vine a... - mostro unas bolsas regalo en sus manos y el castaño corrió junto a él.

Misaki hizo una reverencia frente a todos y se llevó al hombre de cabellos canela por las escaleras hacia las habitaciones, Haruhiko resoplo con cansancio quizá malhumor y se sentó en el sillón acariciando su sien - Akihiko, no toques a Misaki de esa manera tan bruta de nuevo -

Antes de que pudiese dar una respuesta firme - Disculpen la cena... - el mayordomo volvió a invitarlos al comedor

- ... "¡Demonios!"- pensó irritado.

Kamijou acaricio la espalda del Usami, brindándole apoyo o siquiera paciencia en esta situación, inclusiva la cena fue incómoda sobre todo silenciosa que se podían escuchar el segundero del reloj para los invitados quienes degustaron de la comida, en la ausencia del castaño de pupilas verdes, Akihiko a cada pequeña porción de comida que llevaba a su boca sentía nostalgia con aquella sazón no sabía si solo lo imaginaba, pero ese sabor tan conocido que había dejado atrás hace mucho tiempo. Un tiempo donde el nombre Misaki se encontraba adornado en medio.

La Per*a de MisakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora